El pensador francés Jean Baudrillard es autor del libro titulado "La transparencia del mal". En él define el tiempo actual como el "posterior a la orgía". Y entiende por "orgía" "todo momento explosivo de la modernidad, el de la liberación de todos los campos. Liberación política, liberación sexual, liberación de la mujer, del niño, del inconsciente, de las fuerzas productivas, de las fuerzas destructivas, etcétera".
Al parecer, hoy todo está liberado y las cartas están echadas. De esta suerte, nos encontramos ante la pregunta: "¿Qué hacer después de la orgía?" Y Braudillard responde: "Ya solo podemos simular la orgía y la liberación, fingir que seguimos acelerando en el mismo sentido, pero en realidad aceleramos en el vacío, porque todas las finalidades quedan ya detrás de nosotros".
Siguiendo entonces el hilo del discurso del pensador, resulta lógico que si ya hemos experimentado todas las zonas templadas, tórridas y frías de la cultura occidental, la única salida que nos queda es la del "simulacro", hacer que hacemos, simular que somos cualquier cosa sin serlo.
