Opinión

Violencia y sociedad

Hace años, llegó a esta ciudad de A Coruña Fernando Savater. Los medios de comunicación locales anunciaron que daría una conferencia sobre la violencia en la sociedad actual.

Llegado el día, la sala de conferencias de la Diputación se llenó de oyentes, ansiosas de escuchar al filósofo valiente, que no se recataba al condenar los atentados de ETA.

Después de un "exordio" contra los violentos etarras, su ánimo se serenó y su verbo se volvió optimista y positivo.

Al efecto, recordó tiempo pasados de nuestro vivir colectivo en que los insultos y las peleas eran el pan nuestro de cada fiesta.

Ahora vino a resumir la sociedad actual y las personas eran más tolerantes y pacíficas.

Recordando al ínclito Savater, me vino a la memoria  lo que contaban los más viejos de mi aldea "desta onde non houbera pais, non era festa" decían. Al parecer, el enfrentamiento se originaba entre parroquias limítrofes, sobre todo cuando ambas tenían banda de música.

En uno de estos enfrentamuentos murió un mozo. Sus compañeros quisieron traerlo a hombros y darle sepultura en el cementerio de su parroquia. Pero el juez decretó que fuese enterrado en el lugar donde había muerto. Y así se hizo. Los compañeros del muerto esperaron tres días para desenterrarlo, dejando un letrero que decía: "resucitó al tercer día".

En este sentido, Savater tenía razón, pues ahora la violencia se presenta de otra manera y mucho más peligrosa.

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