La crisis económica está desapareciendo. Aquellos espesos nubarrones que cerraban el horizonte a la esperanza de una pronta recuperación se están ausentando. Por supuesto, esto es lo que afirma el propio Gobierno. Y subraya que todas estas bendiciones se deben a su acertada política dea austeridad.
Ahora bien, si dirigimos la atención hacia otros sectores de la sociedad, el optimismo oficialmente proclamado no es tal. No conviene olvidar que en este país los políticos (bastantes políticos) han sido capaces de transformar los desastres en mitos de fortaleza. Y ellos y mucha gente así se han creído, cosa lamentable siempre.
Por mi parte, la palabra "austeridad" me trae ingratos recuerdos. Los maestros de mi generación podemos contar largas historias como víctimas propiciatorias de un sistema de educación absurdo. Ya en tiempos lejanos, un tal Antifón echaba en cara a Sócrates su modelo ascético diciendo de este sabio que venía a ser más un maestro de miseria que de alegría.
