Opinión

Anotaciones de un turista en su país

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Se han ido. Agosto es así. Mis vecinos se han ido. Y se ha ido su simpático perro. Llevo tres meses en esta ciudad, oliendo a lo mismo, caminando de la misma forma, fumando el mismo tipo de cigarrillos, y bebiendo la misma marca de cerveza, y ese perro me sigue ladrando cada vez que me acerco a su casa, con el propósito de entrar en la mía. Tanto, que he llegado a plantearme entrar por el tejado, directamente a la ventana de mi habitación, para evitar su puerta. Siempre me echo atrás al pensar que podría resbalar, y dejarme los dientes contra la terraza del primero, y que algún idiota insinúe que palmé haciendo balconing como si fuera un guiri borracho bailando en una azotea de Magaluf.  

CASAS VACÍAS

Con la entrada del mes de agosto, muchos ourensanos han salido corriendo, huyendo del calor, rumbo a destinos donde no hace calor, como el Mediterráneo, Portugal, o la costa pontevedresa. Son muchas las casas que han quedado vacías. Qué estampa tan agosteña la de los periódicos acumulados en la puerta, los felpudos enrollados, y el entrañable caco de toda la vida hurgando en la cerradura con una ganzúa. La postal de cada verano. 

CALLES LLENAS

Como buena capital gallega, Ourense es ciudad de paradojas. Una de ellas es que, mientras muchas viviendas se quedan vacías, las calles están más llenas que nunca. Son americanos, alemanes, algunos portugueses, y españoles. Veo estos días en las calles muchísimos andaluces, de los cuales, gran parte de ellos, también son españoles. Todos han venido por el turismo termal, porque tienen familia, o porque quieren tenerla pronto, eso explica por qué están llenos los bares de copas, y por qué las turistas dejan para la noche sus mejores modelos. Con ellos no hay nada que hacer: siguen vistiendo como si tuvieran el yate amarrado en la plaza del Concello.

GENTE PERDIDA

Una de las características de esta época es la cantidad de turistas que vagan perdidos por las calles de la ciudad. Ayer en un bar, un alemán me preguntó cómo ir andando al acueducto de Segovia, con un mapa de Río de Janeiro abierto de par en par, y yo decidí invitarle a otro gintonic. Entre las grandes obras de misericordia del ciudadano del siglo XXI está orientar al perdido. Así que si decides donar un minuto de tu tiempo para facilitar el tránsito de turistas por la ciudad, ellos te lo agradecerán, y además estarás contribuyendo a que España sea una gran nación, una democracia sólida, con un sistema constitucional limpio y dinámico, y un país cohesionado, abierto, y civilizado, con una sociedad pulcra y ejemplar, y en definitiva, un destino genial donde dejarse los ahorros de todo el año comprando llaveros de toros, botas de vino, y pañuelos rojos. Debes ser consciente de todo lo que puedes conseguir con cuatro palabras: “al fondo a la derecha”. Es posible que sean cinco, no me he parado a contarlas.

CAZAPOKEMONS

Es el pasatiempo del verano, en detrimento de matar moscas con el rabo, que de un tiempo a esta parte se ha convertido en un arma de doble filo para los varones. Como sea, ayer vi a un montón de tipos cazando pokémons en los alrededores de la Alameda. FUNDEU y la RAE no se han pronunciado aún sobre el acento, así que lo pongo hoy porque tengo el día lingüístico, canónico, y posconciliar. La OTAN, tan rápida para tantas bobadas, tampoco se ha inclinado a un lado u otro de la balanza de la guerra de los pokémons, aunque intuyo movimientos inquietos de Kerry que podrían aclarar el papel de Obama en el conflicto. Después de asistir a la cacería ourensana de bichos tridimensionales, como observador imparcial, considero que la guerra será mucho más divertida el día que el juego permita a los pokémons defenderse de sus depredadores con armas de fuego.

VERANEO

Por efecto del calendario laboral, la gente que se marcha estos días terminará por volver y quitarte de nuevo la plaza de aparcamiento, en idéntico movimiento oscilatorio al que efectuarán sus iguales, que veranean en Ourense. Como diría Rajoy: sabemos de mucha gente que viene a muchas cosas a esta ciudad. El turismo termal, etcétera. Yo hoy he conocido a una modelo que ha llegado a la ciudad para ponerse y quitarse cosas en su cuerpo en una prestigiosa clínica de estética. Francamente, no se me ocurre una manera mejor de pasar las vacaciones. Eso, y salir a cazar pokémons por la Alameda.

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