Opinión

Así es la vida de un animal flotante

Escribo debajo del agua. Estoy tratando de evitar que las lenguas de fuego de esta ciudad me abrasen la cabeza. Es que no me atrevo ni a asomar el pico al exterior. Hay señoras que hablan hasta debajo del agua. Dicen las señoras que me acompañan que hoy el agua está fría. Yo creo que lo que está caliente es todo lo demás. Acabo de calcinarme un pie, por intentar meterlo en una chancla que previamente había dejado al sol.

Adoro esta piscina porque la han rodeado de césped artificial. Eso la hace muy vistosa y agradable a los humanos, y tremendamente aburrida para los insectos. El césped artificial es para un tábano como un helado de plástico para los humanos. Puede que les haga mucha ilusión pero cuando aterrizan y muerden y ven que sabe a todo menos a hierba, se cabrean y pican a los socorristas. Los tábanos son muy de tomarse la justicia por su mano y, por carecer de cerebro, deducen velozmente que esos tipos que van de rojo tienen que tener la culpa de algo. 

Antes de llegar a esta piscina me he pasado por las Burgas y me asombra ver que mucha gente se arroja a ellas para refrescarse precisamente cuando el termómetro se abraza a los 40 grados. Es una de tantas paradojas de esta ciudad. Si bien, por una explicación científica que no tengo ningunas ganas de dar en este momento, el hecho de bañarse en agua caliente facilita que después el contraste con el mundo exterior sea menos duro. No obstante, si tienes ocasión, tírate siempre al agua fría. Aquí, el agua del tiempo, quema.

EL RECORRIDO

Con las inclemencias del verano ourensano, a menudo patrocinado por Fundiciones Salvajes del Noroeste SA, la mayor parte de los bañistas realizan el mismo ciclo. Llegan. Otean. Deciden donde poner la toalla. Se sientan. Se cuecen. Se tiran a la piscina. Salen. Se tumban en la toalla. Se vuelven a asar. Se vuelven a tirar a la piscina. Salen. Se secan. Se cuecen. Se tiran a la piscina. Se secan. Se van a casa. Durante todo ese tiempo consultan sin descanso el teléfono móvil. Si llegado a ese punto alguno decide quedarse, su cuerpo se traslada directamente a Quintela de Leirado para convertirse en partícipe de la fiesta de la carne cachena. No en calidad de comensal, sino en calidad de carne cachena en su punto.

EL DESPELOTE

Con pánico me he asomado hoy a la piscina, temeroso de que el despelote decretado por la señora Carmena hubiera llegado también a esta provincia gallega. Me cuentan mis confidentes en Madrid que no se recuerda mayor éxodo de bañistas, desde los años de la peste. Miles de tipos salieron corriendo, con el corazón encogido, en las horas siguiente al anuncio de la alcaldesa, ante los rumores de que Carmena podría ser la primera en acogerse y poner en práctica la iniciativa del baño en porretas.

EL FLOTADOR

El hecho de que mi baño haya estado acompañado de un sillón flotador con agujero para poner el daiquiri levantó ciertas ampollas entre los bañistas más exigentes. No sé qué me dijo uno sobre que "el agua es derecho de todos". Yo creo que quiso decir "propiedad de todos". Pero también es mentira. Poco duró mi felicidad, porque mientras surcaba el arco central de la piscina sufrí un inesperado pinchazo, que estuvo a punto de provocar la intervención del socorrista. El flotador-sillón se me desinfló lentamente y, cual capitán de navío herido en el alma, fui el último en abandonar la embarcación. El hundimiento fue aplaudido con ganas por un montón de rencorosos. Por mi parte, he llamado al Servicio de Atención al Flotante (SAF) para trasladar una queja formal a la máxima autoridad de Gomas, Colchonetas, y Zódiacs. La sorpresa ha sido mayúscula al comprobar que no existe servicio alguno que responda a esas siglas. 

ORIENTAR LA TOALLA

Si bien, normalmente orientamos la toalla de un modo que podamos facilitar el bronceado, en Ourense es recomendable orientarla de manera que el sol caiga justo por debajo de la misma. Particularmente acostumbro a orientarla debajo del agua, como ya he señalado. Las buenas costumbres exigen no ponerse demasiado cerca de otros bañistas, y procurar no interrumpir el tráfico de los demás por las zonas comunes. De lo contrario, te pisarán y la culpa será toda tuya. 

NO AL SELFIE

Encabezo un movimiento para acabar con los selfies de pies y piernas playeras en Facebook. Sé que estás de mi parte. Venceremos.

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