Opinión

Ligar en Nochevieja

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Se instala en el soltero un raro hormigueo. Desde lo pies hasta la punta de la cobertura del móvil. Se acerca Nochevieja y hay que ligar. Como sea. Todo el mundo parece tener novia en estas tardes navideñas de palomitas y películas. Es comprensible. Además hace un frío horrible y abrazarse a un peluche no es lo mismo. Una novia es una novia. En cambio, no estoy seguro de que resulte tan útil tener un novio, que es un lío, y además, nunca sabes dónde ponerlo en el Belén. Conviene ligar antes de la fiesta de Nochevieja porque allí la gente ya no se entera de nada. Y no vas a matarte a tener pareja –por fin- para que después nadie se entere de tu gesta.

Desde el aluvión hipster, ligar se ha vuelto complicadísimo. Sobre todo para las chicas, que nunca saben bien, al entrar a un bar, donde está la sección de caballeros sin moño. En las tiendas tampoco lo saben, pero a la mayoría de las chicas les sienta igual de bien la ropa de mujer que la de hombre, demostrando una vez más que tienen una versatilidad infinitamente más afilada que nosotros, que perdemos casi todo si nos embutimos una falda. Bosé lo hizo y todavía no se ha recuperado. Y nosotros tampoco.

La ventaja de ligar con un hipster es que si te deja y lo cambias por otro nadie notará la diferencia. No existe modo de armarse el moño o atusarse la barba de forma que alguien que no pertenezca a ese submundo se entere. Entre las hipsters ocurre igual, con la diferencia de que a veces, detrás de las gafas de pasta se ocultan chicas guapas, incluso sin gafas. Y luego está el asunto de los regalos de Navidad. Aquí también el ‘hipsterismo’ tiene una gran ventaja. El hipster es el único animal del planeta al que puedes hacer feliz regalándole una bicicleta sin frenos, que es un regalo navideño que sale baratísimo, porque es el último; al menos si pasamos por alto el asunto de los coronas de “y demás familia”.

Si vas a ligar a toda velocidad en las horas previas a Nochevieja procura que pueda deshacerse. Liga, por ejemplo, con Windows XP. Quizá no te motive tirarle los tejos a un sistema operativo, pero bailar con él es más fácil que lograr que te concedan un baile las amigas de tu exnovia. Eso solo funcionaba bien mientras la tenías a ella; a estas alturas deberías conocer la Teoría de la Atracción Letal de los Chicos con Novia Entre sus Amigas. La TALCNEA, tiene siglas que recuerdan a ese odioso dolor de cabeza primaveral, y no es casualidad. Todo novio se ha sentido el blanco de las miradas de las amigas de su novia, que disfrutan de una soltería ostensible y agresiva, no exenta de proposiciones de muy discutible reputación, hasta el momento en que decides dejarla y disparar tu arpón de Cupido sobre alguna de ellas. Estás perdido, muchacho. La magia terminó. Estás soltero. Eres, a todas luces, escombro. Tienes el mismo atractivo que la barba de un yihadista vista a través de un microscopio, con todas las bacterias brincando, apuntando al cielo con sus fusiles, y declarando la guerra a Occidente.

Hay gente que llega a Nochevieja en un estado peor que la soltería: con pareja. Esto resulta inadmisible en el caso de las chicas. No hay nada importante que justifique que una mujer llegue a Año Viejo con maromo. Desprenderse de él antes de la fiesta es un acto de justicia que todo el mundo está dispuesto a encajar, incluso el interesado. Está bien tener novio los domingos, pero en Nochevieja ese cretino va a emborracharse como un piojo, ponerse hasta la gorra de cotillón, y saltarle a la chepa a toda la fiesta aullando con un matasuegras en la boca. Y tú no puedes fiarte de un tipo capaz de soplar por un matasuegras asustando a gente decente. Alguien capaz de hacer eso, es muy capaz también de comenzar el año armándose con un AK47 y lanzándose a la yihad. Ese chico no te conviene. Y los otros tampoco. Regálale una caja de matasuegras y no vuelvas a cogerle el teléfono.

A veces no hay solución, y todo te empuja a posponer el momento del amor. Entonces, ya sumergido en la fiesta de Nochevieja, si te hace ilusión, puedes intentar ligar con la camarera. O con el paragüero. No notarás la diferencia. Es más probable que puedas sentirte correspondido amando a un paragüero que a una camarera en una juerga de Nochevieja. Dice la leyenda masculina –falsísima, como todas- que las camareras que trabajan esa noche lo hacen para ligar. No sé. Tal vez. Pero no contigo.

Una vez más, las mujeres lo tienen más fácil. Ligar con un chico es sencillo. Basta con enviarle un mensaje de WhatsApp. El 90% de los chicos que reciben un mensaje de WhatsApp de una chica están seguros de que lo ha enviado porque no aguantaba ni un minuto más sin escribirle al que será el amor de su vida. Da igual que el mensaje sea “¿tienes el teléfono de tu amigo el guapo?”, o incluso “kllkdsklfdlkdfslkdfsa”. Este último es un mensaje que se envía mucho en Año Nuevo, y que da lugar a muy comprometedoras interpretaciones. Se evita fácilmente bloqueando la pantalla del teléfono. Muchos son los noviazgos que han nacido por accidente en Nochevieja por no bloquear bien la pantalla. Hazlo. Porque es una lata después explicarlo todo. Y esa extraña cadena de caracteres aleatorios no es razón suficiente como para llevar doce años saliendo con ese idiota.

Para la legión de ‘youtubers’ y reinas de Instagram tengo malas noticias: ese corazón puede ser accidental. No bloquear el móvil provoca cientos de doble clics en fotos de Instagram que no son del todo sinceros. La primera ley del amor en el tiempo de las redes sociales es: no todo lo que te gusta, te gusta. Y como norma, a nadie le gusta nada lo bastante como para dejar pruebas de ello en Internet. Por el contrario, si sales muy guapo en ese selfie y tu chica soñada no hace clic, la tienes en el bote. La segunda y última norma del amor 3.0. es un clásico de la torpeza universal: si te está haciendo una llamada de WhatsApp, no le cojas, y dale tiempo a que piense una buena excusa, es obvio que solo pretendía cotillear tu foto de perfil y ha pinchado sin querer. A mi me pasó el otro día con una exnovia. Por suerte estuve rápido aflautando la voz y pidiéndole una pizza en masa esponjosa, con doble de mozzarella y salteado de peperoni picante y pimientos fritos.
 

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