Opinión

Algo de lo que descubrimos con la pandemia

La pandemia nos ha enseñado lo frágiles que podemos ser o lo que las medidas que se toman coartan nuestras libertades. Nos obliga a vivir de una forma insospechada nuestras vidas. También nos ha hecho descubrir acciones y hechos que con la vida que llevábamos no nos dábamos cuenta.

Descubrimos la soledad en la que muchas personas viven: 4.829.600, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, lo que supone un 10,2% de la población total, de las cuáles, casi la mitad son personas mayores de 65 años. Sin embargo, si las condiciones actuales se mantienen, la cifra irá aumentando hasta los 5,8 millones en 2035. También son muchos las que malviven. Según la asociación AROPE (AtRiskOf Poverty and Exclusion), en España más de 12 millones de personas sobreviven en la cuerda floja de la pobreza y la exclusión social. El informe presentado por Cáritas y la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) no se aleja mucho del anterior: 11 millones de personas se encuentran en situación de exclusión social. Datos en ambos casos a los meses finales de 2021. Según estas cifras, muchas personas viven solas. No son números, son personas, seres humanos que conviven con nosotros. Cáritas, Cruz Roja, algunas ONG, conventos de monjas y voluntarios los atienden en lo que pueden.

Aunque viene desde hace algún tiempo, esta pandemia ha puesto al descubierto que los niños, adolescentes y jóvenes, sea el sexo que sea, padecen enfermedades psicológicas y psiquiátricas de las que son tratados. Lo peor de todo son los seres humanos que no están a tratamiento o viven solos. Lo más grave es que los datos que tenemos nos indican que han aumentado los suicidios: de 3.671 en 2019, a 3.941 en 2020 (2.930 hombres y 1.011 mujeres) un 7,4%. Los especialistas piensan que seguirán incrementándose, y lo peor es que aumentan los suicidios en los menores de edad. Es otro de los grandes descubrimientos que hemos encontrado, y lo que es más grave es que no se da importancia cuando el número de suicidios es mayor que el de muertos por accidentes de tráfico. Analizando más profundamente, se ve que los suicidios en menores se han duplicado, aunque siendo de mayor peso los que se encuentran entre 40-59 años, que fueron 1.608.

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