Opinión

La cruz, el símbolo odiado

Jesús de Nazaret, o el Hijo del Hombre, como Él mismo se proclamó, murió en el peor de los suplicios que se pueden imaginar, la cruz, reservada sólo a los peores crimínales. Esa cruz, tras su muerte se convirtió en un símbolo de amor, solidaridad, refugio de los más pobre o de los injustamente perseguidos y en especial de la libertad de la humanidad. Los pobres, mansos de corazón, los que lloran, pasan hambre, quieren justicia real, son misericordiosos, sin ningún rencor y actúan con el corazón, son pacíficos y luchan por que la paz sea una realidad en el mundo. Su mensaje es ante todo libertad para todos, igualdad sin ninguna excepción. Cierto, muchos cristianos no han seguido lo dicho por el Crucificado; se cometieron y aún se siguen cometiendo muchos atropellos por clérigos, obispos, cardenales, incluso por varios papas. De todos y todo se ha pedido perdón y los que viven y ocultaron las felonías han sido castigados. Aun así, no quita actualidad el que unas decenas de miles pongan en duda la ideología cristiana. 

La cultura occidental la ha construido el cristianismo, continuando sin desdoro la griega y la romana…, por mucho que desde la Ilustración se ha luchado por eliminar todo vestigio de que ha sido así y se continúa intentando. Ha sobrevivido y continuará, quizás porque lo transmitido por Jesús de Nazaret sigue tan vivo y vigente como el primer día. El símbolo de la Cruz o del Crucificado lo encontramos en todo el mundo. Es el que enseña un sistema de vida, una ideología nunca superada por otras que aún siguen vigentes tras “transformarse” después de haber fracasado. Unos pocos incluso niegan su existencia, pero la gran mayoría lo reconoce. Su mensaje ha sido revisado por muchos; nadie se ha atrevido a desdeñarlo, lo que sí que han hecho y continúan haciendo es destruir y enseñar a odiar a su símbolo, la Cruz, y perseguir a sus seguidores. Sólo en 2017 fueron asesinados por su fe cristiana más de 3.000, y en 2018, más de 4.000.

¿Cuántas ideologías actuales, algunas procedentes de antiguas modificando el discurso, pueden decir lo mismo? ¿Cuánto hacen los cristianos por los desfavorecidos en todo el mundo? Por ello me siento orgulloso de seguir a Jesús de Nazaret y no comprendo el odio a la Cruz y los seguidores del Crucificado, signo de tolerancia.

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