Opinión

Democracia

Sabemos lo que significa, e incluso que proviene del griego “demokratía”, transformado al latín en “democratia”, dándole el significado actual de “gobierno del pueblo para el pueblo” en su discurso de Gettysburg (Pensilvania) Abraham Lincoln en 1873, palabras que aún resuenan en EEUU siendo consideradas como la esencia de la democracia, y recogidas por la Constitución francesa de la 5ª República instaurada por Charles de Gaulle. Todo gobernante y el pueblo lo tienen en la mente desde Grecia, pero nuca fue aplicada la democracia, ni tan siquiera sus “inventores” los griegos. Siempre se le añadió algún adjetivo calificativo, social, orgánica, popular, representativa… 

Posiblemente el país que más se acerque sea Suiza, y un poco más lejos EEUU y el Reino Unido. Muchos otros utilizan los diputados electos según les conviene, en más casos de los que serían necesarios sin tener en cuenta al votante que le votó para legislar algo que no venía en el programa o se alía con quien él no votaría. Quizás el “viejo profesor” Tierno Galván tenía razón al decir que “los programas están para no cumplirlos”. De esta forma podríamos decir que vivimos en Occidente una “democracia adjetivada” que en algunos casos se les podrían aplicar calificativos como reguladora, incompleta, mediática e incluso “semidictatorial”. Quizás para algunas sea aplicable lo que escribió Sylvain Timsit (escritor francés): “No pienses, no preguntes, paga impuestos, vota por nosotros”, siguiendo los pasos de uno de sus maestros, Noam Chomsky, que también dice en relación con este tema: “La población general no sabe lo que está ocurriendo, y ni siquiera sabe que no lo sabe”

Estas democracias “crean” sociedades donde ciertas libertades se restringen por ideologías que no son mayoría, pero sí precisas para gobernar, o las asume el propio partido ganador. Tenemos las restricciones de azúcar y otras para niños, la carne roja en entredicho, fumar está prohibido, siendo en algunos casos el propio estado el que ostenta el monopolio de la venta. La Constitución, cuando conviene, no se cumple o se cambia por la puerta de atrás, y dentro de lo anticonstitucional ciertas formas de actuar, pensar o algunas banderas se considera bueno, al contrario con otras ideologías.

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