Opinión

Energía barata y limpia

En la Conferencia del Cambio Climático de 2015 (COP21) en París, los líderes mundiales parecieron reconocer la realidad del cambio climático. Aunque la respuesta que se dio fueron las energías renovables, como la energía solar, hidroeléctrica y eólica, así como los biocombustibles, que en realidad dañan la naturaleza. Irónicamente, la mejor apuesta del mundo para alcanzar los objetivos del acuerdo de París es contar con una fuente de energía que a menudo se demoniza: la energía nuclear. Quizás en lo poco que están de acuerdo detractores de unas tecnologías u otras, es que la energía tiene que ser barata y lo más limpia posible para que desde ahora el mundo sea mucho mejor, para nosotros y nuestros hijos.

Lo que determinará la energía nuclear es si la comunidad nuclear puede cambiar la mentalidad sobre esta tecnología que ha demostrado su valía. Presente en muchos ámbitos de nuestra vida, además de los conocidos en su cura de enfermedades, en el que se está avanzando, para el tercer mundo se usa en nutrición de bebés, niños, adolescentes, envejecimiento e incluso en la maternidad para obtener un futuro mejor en colectivos tan necesitados. No es maligna, hay que percibir el valor que proporciona para una mejor vida, y pensar como Wade Allison, profesor emérito de Física y miembro del Keble College en la Universidad de Oxford, que escribe: “La energía nuclear puede no ser popular hoy, pero debería ser mañana. Es la mejor opción para nuestro futuro colectivo. Deberíamos abrazarlo”.

La energía nuclear salva vidas (millones), y en los próximos años muchas más como ya dije en otro artículo, y la nuclear es una fuente energética que garantiza el abastecimiento eléctrico, frena las emisiones contaminantes, reduce la dependencia energética exterior y produce electricidad con precios estables y predecibles. Muchos gobiernos empiezan a verlo así, por ello este año se inician 58 nuevas centrales nucleares en China, India, Rusia, Corea del Sur, Finlandia o Francia. Consideran esta energía esencial para el presente y futuro de sus países. No hay accidentes radiológicos en 60 años de centrales nucleares, lo que debía tenerse en cuenta en el próximo programa de energía español para bajar la factura eléctrica.

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