Opinión

Pandemia y crisis económica

El SARS CoViD2 que originó la pandemia del covid-19 (coronavirus) que estamos padeciendo, trajo consigo el confinamiento, el uso de la mascarilla, la distancia de seguridad, no poder ver a tus parientes en el caso de que no convivieses... tuvimos y tenemos los movimientos controlados con los llamados cierres perimetrales. Cerraron establecimientos, la hostelería es la más perjudicada. No sabemos en realidad el número de muertos ni tampoco cuántos en realidad están en el paro. Sí sabemos que Cáritas ha triplicado el número de ayudas a familias sin recursos. 

Por no saber, desconocemos hasta las mutaciones del virus, las formas de contagio y la distancia en el tiempo para hacerlo. Por los últimos datos después de diez meses estudiando el covid-19, los científicos han comprobado que no sólo afecta al sistema respiratorio, sino que también puede dañar el cardiovascular, el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central, ya que se han encontrado mediante autopsias virus en el cerebro. Seguimos aún con muchas dudas, y las vacunas son una de ellas para conocer su efectividad, posibles efectos secundarios leves y graves, y algo que desde el inicio me llamó la atención y que Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemiología ha dicho: “No sabemos lo que ocurre en las residencias de ancianos”, que ha sido donde más personas mayores han muerto. 

Ante este desconocimiento parcial, con medidas variables y efectos que no han dado lugar a un sistema común, lo que nos queda por hacer es tener sentido común y procurar por todos los medios evitar el contagio y, si se tiene, avisar a los servicios sanitarios y seguir sus instrucciones. 

Las vacunas las tenemos casi a mano. En una encuesta realizada en EEUU a unos 700 epidemiólogos contestaron que incluso con las vacunas probablemente tardará un año o más para que muchas actividades se vuelvan a iniciar de manera segura, y que perderemos algo tras la pandemia, por lo que las vidas nunca volverían a ser como antes. Nuestra actitud desde ahora mismo puede lograr que el cambio sea el que la ciudadanía desea y no al que las élites le quieren llevar. Reaccionemos democráticamente, de manera distinta a como en “1984”: “Si quieres hacerte una imagen del futuro, imagina una bota aplastando una cara humana… eternamente”.

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