La inteligencia artificial-robots ya está produciendo parados, quizás en donde menos esperábamos, en el sector de servicios. Un ejemplo, la empresa que monta las piezas del iPhone de Apple reemplaza a 60.000 trabajadores por robots. En el Reino Unido algunos entendidos dicen que en las dos próximas décadas se perderán el 30-40 % de los puestos de trabajo, la mayoría de personas altamente cualificadas; en EEUU, cuyo potencial conocemos todos y más en este campo, los expertos indican que dentro de tres décadas (2050) el número de parados será casi la mitad de la población activa. Ya actualmente se está sufriendo: en Noruega sólo dos bancos prescindieron de 5.000 personas, en otros países y servicios, industria y campo está sucediendo lo mismo, y sólo con IA débil.
En la crisis del ladrillo hubo un gran número de parados poco cualificados en general. Se estableció una cantidad para cuando se terminaba el paro, cantidad que se fue extendiendo a otros colectivos, y se reforzaron los cursos de reciclaje. Se pudo salvar un poco la catástrofe. Ahora, las personas en general tienen un alto grado de cualificación, que en ocasiones es bueno para buscar empleo, pero no menos cierto es que existen muchas personas con los mismos conocimientos, y posiblemente con la misma experiencia para un mismo puesto de trabajo de los que aún no han ocupado los robots.
El gran problema que tenemos a nivel mundial es ¿qué harán tantos millones de desempleados y con un oscuro porvenir? ¿De dónde obtendrán los emolumentos para poder sobrevivir? ¿Quién comprará lo producido? Problema que se agravará con la IA fuerte: tendremos directores, presidentes robots, y los habrá en los consejos de administración..
Los gurús mundiales han propuesto la renta básica universal (UBI-Universal Basic Income ), también llamada renta básica incondicional (UBI Unconditional Basic Income). Es el salario que recibiría cada ciudadano o residente de un país mensualmente donado por el estado sin ninguna condición, aunque tenga otros ingresos. No dice cómo el estado obtendrá los ingresos para pagar, ni en qué empleará el tiempo toda esa cantidad de parados. Además, creará más desigualdad entre los habitantes no sólo de un país, también a nivel global.
