Estos días, entre las reuniones para formar ayuntamientos y diputaciones, y las finales de baloncesto y los ascensos a Primera, estuvimos muy ocupados en estos asuntos. Simultáneamente se producían otros que también nos afectan y pueden cambiar nuestra vida. Algunos geopolíticos, de las que no entiendo prácticamente nada, pero existe un enfrentamiento por aranceles entre EEUU y China (en espera de acuerdo), en la que Putin ha tomado parte a favor de China. Los entendidos dice que la guerra arancelaria puede ser perjudicial para España. Pienso que el Gobierno, aún en funciones, podría darnos un poco más de información para ir tomando las medidas correspondientes. Solo es un esbozo de lo que pasa en todos los ámbitos de nuestras vidas. Como la inteligencia artificial (IA), que ya es capaz de detectar la depresión en los niños; el algoritmo tiene hasta ahora para los más pequeños una precisión del 80 %. Tuvo poca repercusión mediática, pero en octubre de 2017 Facebook tuvo que desconectar dos máquinas: al olvidarse los técnicos de IA de incentivar a los robots para que hablase en lenguaje humano, ellos mismos crearon un lenguaje con el que se comunicaban y solo ellos entendían; realmente sorprendente, crearon un lenguaje secreto para ellos. Aún estamos lejos de la revolución robótica.
Necesitaríamos a los sietes sabios griegos: Bias de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto, Pitaco de Mitilene, Quilon de Esparta, Solón de Atenas, y Tales de Mileto, para que nos ayudaran a salir de este momento, en donde al mismo tiempo tenemos la IA, el problema ecológico y la crisis económica que no sabemos si existe o no. Serían adecuados dado que por lo que se está viendo se siguen aplicando para mejorar las empresas métodos y sistemas de finales de los 80 con ajustes de plantilla y despidos para mayores de 50 años, con prejubilaciones en busca del ahorro de coste y competitividad en el sector financiero, ya que ellos lo hacen por la utilización de la IA.
Personas por robots, contratos basura, IA sustituye a personas, políticas antiquísimas empleándolas en muchas empresas, no las más audaces, hacen que las pensiones estén en el candelero. ¿Cuánto se dejó de cobrar por esas prejubilaciones anticipadas?
