Opinión

Seguiremos con la energía cara

Durante los últimos meses hemos oído hablar de muchas cosas que se van hacer o estudiar, casi nada de energía y mucho menos de reducir el precio, que repercute bastante en los ciudadanos, en las empresas, especialmente en las pymes y el pequeño comercio. Nos encontramos como en las últimas cuatro décadas y con las mismas condiciones aumentadas por el tiempo transcurrido; tenemos una energía que se va haciendo a base de parches, ya que no existe ningún Plan Energético. Esperamos que, dado el rango de Vicepresidencia para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se afronte. Deseo que no suceda como con el ministro de 2008 al 2011, Sebastián, que incrementó las energías renovables, y que se dio de baja de la organización ecologista a la que pertenecía. Quizás al ver el estudio que encargó hacer a expertos del ministerio y a la Aemet, donde se deducía que las ventajas de la energía eólica no compensaban los inconvenientes.

Añadamos que la eólica, solar o de biomasa tienen una densidad de energía muy baja o, lo que es más inteligible, tienen en todo el tiempo poca disponibilidad energética. De acuerdo con lo publicado por la Comisión Nacional de Energía que les atribuye un Factor de Capacidad (FC) que mide la energía que se produce en relación con la que podría produrcir al 100%: las eólicas, con un FC del 32-47%, dependiendo de la intensidad del aire; la solar, 17-28%, según la nubosidad. Añadamos que producen electricidad de bajo voltaje, y para transportarla hay que elevarla para llevarla a los lugares de reparto para el consumo. También las baterías que precisan son contaminantes, y por supuesto la central de respaldo para cuando no están activas utiliza productos fósiles que producen, entre otros, los considerados culpables CO2 y NO2. También hay que tener en cuenta la polución del cambio visual, puesto que para producir 1.000 MW, la eólica necesita un área de 100 km2; la solar, 60 km2, lo que cambia el paisaje.

Lo conocen muy bien los países más avanzados y con mayor preocupación por un planeta futuro más habitable y menos contaminado. Todo ello habría que tenerlo en cuenta para bajar el precio de la energía, ser más competitivos. Es preciso cuanto antes realizar un Plan Energético real y ecológico.

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