Opinión

Sensatez ante el clima

El presentador francés de meteorología Philippe Verdier ha cubierto diferentes conferencias climáticas en las que se produjo el mismo fenómeno: el predominio de una tendencia científica, marcadamente política y poco independiente, dedicada exclusivamente a la búsqueda de pruebas en una única dirección: que el cambio climático se está produciendo, siendo el responsable el ser humano. “No hay espacio para otros argumentos. Por ello, soy de la idea de que nada bueno puede salir de estas reuniones planetarias”, afirma.

Frank Sirocko ha estudiado con su equipo el río Rhin, “que tiene una congelación especial, tan simple como ‘hay hielo o no hay’, nunca hay medias tintas”. Encontraron que, entre 1780 y 1963, el Rhin se congeló en varios lugares 14 veces diferentes, y que 10 de las 14 congelaciones ocurrieron durante los años en los que el Sol tenía manchas solares mínimas. Es “la primera vez que se ofrecen datos estadísticos sólidos de que la sucesión de inviernos fríos durante los últimos 230 años en Europa Central tienen una causa común”, concluye.

Los investigadores han explicado que cuando el número de manchas solares está bajo, el Sol emite menos radiación ultravioleta, lo que supone que la atmósfera se caliente menos provocando un cambio en los patrones de circulación de la troposfera y la estratosfera. Cambios que los vemos reflejados en la llamada Oscilación del Atlántico Norte, variaciones de presión atmosférica que influye en el viento del Atlántico Norte y en el comportamiento del clima en las regiones de Europa y sus alrededores. Frank Sirocko concluye que “debido a este efecto indirecto, el ciclo solar conduce a anomalías en las temperaturas regionales en vez de hacerlo de manera global en toda la Tierra”. En América, en el Pacífico, tenemos la Oscilación del Sur, con el calentamiento del Niño y el enfriamiento de la Niña que estamos sufriendo en estos momentos.

No olvidemos las fuerzas del Universo: la electromagnética y gravitacional, o la oscura, que influyen y producen variaciones de la órbita que hace que la incidencia de los rayos solares sea diferente. Son fundamentales en el mantenimiento del efecto invernadero para la vida. Son sólo algo que influye en el clima. No se puede obviar que en su existencia el ser humano influyó, hoy un 10%.

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