Opinión

Ya somos rebaño

Según lo publicado, quien rechace la vacuna entrará en un “registro”, añadiendo el ministro de Sanidad que: “Quedará consignado, pero no es un documento para hacer público”. Probablemente exagere pero nos marcarán simbólicamente a todos los españoles, los que han aceptado recibir las vacunas tendrán probablemente todas las ventajas, pero los que por dudas razonables no la aceptan o temen los efectos secundarios que pueda tener el vacunarse, ¿serán tratados de forma diferente y quizás perderán ciertos derecho?, ¿tendremos ciudadanos de primera y de segunda?, no quiero pensar que lleguen a negarles la atención médica. No quiero recordar algunos regímenes, afortunadamente periclitados, ni los versos de Martin Nieomöller: “Primero vinieron a buscar…”. Desde hace muchos decenios no recuerdo una noticia dicha una y otra vez por casi todos los medios de comunicación, es como si con esta vacuna se hubiese encontrado lo buscado por los alquimistas en la Edad Media, la “piedra filosofal” que proporcionaría la sabiduría, curar todas las enfermedades, incluso devolver la juventud, y sin olvidar la parte material de transformar cualquier metal en oro y plata. Han mostrado tanta felicidad y alegría que sólo ha faltado la famosa foto del beso al finalizar la Segunda Guerra Mundial en Times Squre.

Se espera que la inmunidad de grupo o de rebaño se alcance hacia el verano, y que se pueda levantar el estado de alarma el 9 de mayo. No dudo de que estamos ante una guerra y que por fin se ha encontrado el “arma” que pueda poner fin a esta guerra. Algunos dudan de que sea el fin, que esto ha sido una batalla y que el enemigo (virus) regrese periódicamente. Pero la OMS no descarta que pueda volverse endémico.

Hay casos llamativos al margen de que se vacune a los que están en residencias, a los mayores de 70 años que tengan riesgos y a los sanitarios, como que las Fuerzas de Seguridad, las Fuerzas Armadas, el presidente del Gobierno y todos sus ministros (nunca se sabe lo que puede pasar)… no están entre los primeros en vacunarse. ¡Ojalá me equivoque! y tengamos ya la solución para poder volver a vivir normalmente, recuperar la economía y dar consuelo a las personas que han sufrido la enfermedad, y a los que por una u otra razón han perdido a seres queridos.

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