Opinión

El ángulo inverso - Viene 'el Jefe'

Los 'managers' buscan una ciudad en Galicia para la actuación de Bruce Springsteen . Ya hizo otros conciertos en tierras gallegas, dos de ellos en el Monte do Gozo de Santiago. El primero fue un éxito. Y el segundo, un descalabro de organización. Pero Ourense cuenta para su próxima y única actuación en Galicia, gracias al éxito del festival de jazz en el Latino, donde tocaron músicos de talla mundial, y sobre todo el festival Derrame Rock, que congregó a muchos miles de seguidores de todo el Estado en Expourense, donde intervinieron cerca de veinte bandas de las mas prestigiosas del país.


Los productores no descartan que el próximo 'show' de Bruce en Galicia sea en nuestra ciudad.


Todavía recordamos emocionados aquel disco, “Born in the USA”, de 1984, con el que Bruce alcanzó el status de estrella internacional y de ídolo de la cultura popular de los Estados Unidos. La canción que da título al álbum hablaba sobre el trato al que eran sometidos los veteranos de Vietnam, algunos de los cuales compartían amistad con el cantante. Paradójicamente, la canción fue interpretada de forma errónea y usada en la campaña presidencial de 1984.


Ya en los 70, el critico musical Jon Landau escribió tras verlo actuar

por primera vez: “Vi el futuro del rock and roll, y su nombre es Bruce Springsteen . Y en una noche en que necesité sentirme joven, él me hizo sentir como si escuchase música por primera vez”


Ahora la gente tienen necesidad de emocionarse, como cuando el critico Ignacio Juliá dijo: “Cuando sonó 'Bad Lands' no podía dejar de llorar. Mi mujer me dijo: '¿Estás tonto?' Yo respondí: está pasando por delante de mi ojos toda mi juventud”.


“Tenemos que salir de aquí, mientras seamos jóvenes/ porque vagabundos como nosotros, nena, nacimos para correr”, emotivo estribillo de una de sus mejores canciones, 'Born to Run'. Un roquero puro y duro. Detrás de cada una de sus canciones se encuentra un artista verdadero y unas letras maduras y sabrosas.


Aún recuerdo su actuación en Monte do Gozo, estuvimos tres horas sin interrupción. Allí estaba toda la música de los últimos veinte años tocada con una convicción y un amor a la vida increíbles. No fue así el de mayo de 2009. Bruce y su gente, unas cien personas, aterrizaron en el aeropuerto de Lavacolla, Santiago era un hervidero.


Cuentan que el artista se enamoró de la cerveza gallega y se llevó un puñado de barriles a New Jersey. Hacia mucho viento en el monte. Él nos dio “lo suyo” pero la organización fue un descalabro. El caos organizativo fue total. No se respetaron colas. Se habían vendido más entradas de lo previsto. Los porteros abandonaron sus puestos ante la avalancha. Fue un milagro que no pasara nada. A pesar de todo, los corazones se iluminaron cuando gritó: “Boas noites, Santiago”, y la banda inicio los acordes de la Rianxeira. O cuando Bruce Springsteen te espeta con sencillez ese tema que sabe a soul en su ultimo disco: “Cuidemos de los nuestros allá donde ondee la bandera del rock”.














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