Opinión

Los ni-ni

La OCDE publicó en 2015 un relevante informe, Eduation Policy Outlook, que pasa revista a cerca de 500 medidas de política educativa implantadas en diversos países de la organización entre 2008 y 2014. En este tiempo, la inversión en educación alcanzó nada menos que el 12% del gasto público en el conjunto de la OCDE. Se trata de un esfuerzo bien relevante del que los ciudadanos esperan una explicación de los objetivos planteados y los realmente logrados, una evaluación en toda regla de tan elevado gasto del dinero de todos. Sin embargo, el informe indica que a pesar de las pruebas externas realizadas a estudiantes y profesores, la evaluación, es asombroso realmente, no se ha proyectado sobre a las propias políticas educativas.  Por su parte, los Estados de la OCDE, según calcula la organización, solo han evaluado los resultados de una de cada diez medidas implementadas en el ámbito educativo.

Una de las medidas estrella en esta materia es la relativa al combate a los ni-ni: aquellos jóvenes que entre 20 y 30 años ni estudian, ni trabajan. Para ello, en un contexto en el que los títulos de secundaria o de formación profesional son cada vez menos valorados en el mercado de trabajo, muchos países de la OCDE intentan a toda costa luchar con el abandono escolar, también en edad temprana.

Por ejemplo, México, el país con mayor abandono escolar temprano de la OCDE, acaba de incluir la educación secundaria superior dentro de los estudios obligatorios y ha inaugurado una nueva agencia para fomentar la matriculación en esta etapa educativa con servicios de asesoramiento y becas a los alumnos.

Otra forma de evitar el fenómeno ni-ni es apostar a la formación profesional como una herramienta eficaz para prolongar la formación de los jóvenes y favorecer su inserción laboral. En este sentido, Portugal ha aumentado la oferta de cursos de formación profesional  y ha creado institutos de secundaria especiales enfocados a este programa. En Austria se ha reformado el sistema de acreditación de la FP para aproximarlo a la empresa. Eslovenia o Noruega, por su parte, optaron con éxito por potenciar los programas de educación dual, en el aula y en la empresa.

La realidad, manifiesta, como señala Fernando Rodríguez Borlado, que los ni-ni aumentaron durante la crisis pues muchos jóvenes que abandonaron pronto la escuela sin una preparación adecuada se quedaron sin empleo. La Unión Europea ha tratado de paliar esta triste tendencia a través del programa Garantía Joven. De esta manera, los países que se inscriban en este programa europeo se comprometen a ofrecer un puesto de trabajo o de aprendiz a los recién graduados o desempleados por debajo de los 25 o 30 años.

En fin, un país como España, con un abandono escolar temprano de los más altos de Europa y con un desempleo juvenil de los más elevados del viejo continente, debería de aplicarse a la tarea de forma adecuada a su magnitud. Afortunadamente, parece que los actuales datos sobre la FP dan pie para la esperanza.

Te puede interesar