Opinión

Al champagne cobista le quitaron el corcho a tiempo

Pilepic saca la rabia tras una canasta. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Pilepic saca la rabia tras una canasta. XESÚS FARIÑAS

El COB dio la cara cuando tenía la espalda entre la espada y la pared. Ganó al Melilla y en Albacete. Liberación de presión total. Ante el Valladolid tocaba calibrar si ese relax (que no relajación) iba a sentar bien. Y oye, de maravilla. Fue como si al baloncesto cobista le quitaran el corcho y saliese la fluidez y el buen juego a borbotones. De principio a fin. Sin altibajos considerables, más allá que el rival también juega y, los pucelanos, tienen acreditada su calidad. 

Los de Félix Alonso mordieron en defensa. Todos. Y, en ataque, destaparon por momentos el tarro de las esencias a lomos de un “Pecius” que ha pasado a ser un base titular con mayúsculas, de Urtasun, que sabe latín, griego y hasta lenguas muertas, la intimidación de Kuath y las rachas eléctricas de Gjuroski. Incluso la lesión de Manjgafic (que era el máximo anotador) no se notó. 

Baloncesto “champagne”, que dicen los modernos. Fueron 40 minutos de disfrute en el Pazo para dejar la permanencia casi sellada por números y sin el “casi” por sensaciones. El COB ha crecido, confía en sí mismo y mira con optimismo lo que resta de competición. Será una semana de sonrisas en un equipo que quiere más. Porque lo ha pasado mal. Hace nada. Y esos son los que más hambre tienen ahora que llegan las maduras.

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