Opinión

Habla el Pazo

La LEB Oro es la liga del COB. La que se lloró con el triple de Diego Kapelan y la que celebró con el partidazo de Darius Carter. Una liga espectacular a la que toca agarrarse con lo que sea y en la que permanecer pasa por ganar partidos como el de esta tarde. 

No es una final, pero se le parece bastante. Y cuando suena la alarma de auxilio el Pazo siempre responde.

El COB llega con dudas y su afición estará ahí para empujarlo cuando vengan mal dadas en el marcador y para hacerlo volar cuando el parcial sea positivo.

Hace mucho que Ourense es mayor de edad en esto del baloncesto profesional y el Pazo una cancha de las que sabe meter presión cuando toca. Y también dar cariño.

Hoy hablará el pabellón y lo hará antes y durante el partido. Estoy seguro de ello.

El que se sentará en el banquillo visitante no es uno más. De hecho no tiene comparación. Junto a Ángel Navarro, el entrenador más importante en la historia del club y el segundo que más partidos ha dirigido. Ocho temporadas seguidas haciendo mucho con muy poco hasta conseguir un ascenso que no se ejecutó pero que sirvió para dejar claro que el COB está por encima de los que se atrevieron a jugar con su destino. 

Otros se han llevado ovaciones más que merecidas, pero ninguna puede tener más motivos que la que seguro pondrá hoy la piel de gallina. Si el partido tiene que esperar, que lo haga, pero el Pazo hoy se pondrá de pie y hará doler las manos con una ovación que debe ser interminable para quién ha ilusionado, llorado, hecho llorar, ganado, perdido, competido siempre, jugado una Final Four, ha apostado, se ha implicado, ha hecho de jugar el play off una rutina, dirigió, enseñó y se fue sin reclamar la palabra. Para un entrenador que llegó sin saber que era para quedarse para siempre y además como cobista.

Si hay uno de los nuestros ese se sienta hoy como rival y se llevará primero el orgullo de verse reconocido y después será intimidado por una afición que por encima de él, quiere a su equipo. 

Gonzalo García de Vitoria sabe mejor que nadie como se las gasta la grada del Pazo cuando su equipo lo necesita, pero hoy también sabrá cuánto lo quiere.

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