Opinión

¿Un ave féniz azul?

Hace tres semanas, comentaba en mi artículo que Elon Musk acababa de convertirse en el accionista mayoritario de Twitter. Días después conocimos que el empresario sudafricano había decidido presentar una OPA sobre la compañía para intentar adquirir el 100% de su capital por 40.000 millones de euros. Una parte del accionariado trató de impedir esta compra, pero este lunes se hacía público que Musk había logrado su objetivo. Ahora, la incertidumbre en torno a los cambios que cabe esperar en la red social invade a medio planeta.

Elon Musk es el hombre más rico del mundo según la revista Forbes (con una fortuna valorada en 240 mil millones de dólares, aproximadamente), en gran medida gracias a la actividad de Space X, The Boring Company, SolarCity y Tesla. En los últimos años, la relevancia de Musk ha crecido de manera vertiginosa, habiendo estado presente en muchas de las licitaciones públicas más relevantes, como el reciente proyecto de la NASA para llevar astronautas a la Luna. Como ya hemos comentado, Elon Musk es un usuario muy activo de Twitter que no entiende de límites a la hora de expresar su opinión a través de esta red. Sus excentricidades han llevado a otros usuarios a calificarle de troll (un término para referirse a una persona que publica contenido provocador en internet). Esto tiene mucho que ver con los numerosos manifiestos que ha hecho el empresario solicitando que Twitter se convierta en un foro “libre” de intercambio de opiniones, algo en lo que es previsible que Musk centre sus esfuerzos a partir de ahora.

Para Twitter, esta operación supone un cambio fundamental a nivel corporativo, dado que pasará de ser una public company –una compañía cotizada–, a convertirse en una empresa con un accionariado privado. Esto quiere decir que, a partir de ahora, Twitter no necesitará hacer pública ninguna información empresarial, como sus resultados financieros o su sistema de gobernanza. Además, la compañía contará con un entorno regulatorio menos estricto, permitiendo una mayor agilidad a la hora de tomar decisiones. Aunque no se conocen con exactitud los cambios que pretende implementar Musk en la red social, el empresario ha dejado entrever algunos de sus planes. Por ejemplo, parece evidente su intención de luchar contra el fraude en la aplicación mediante la anulación de las cuentas bots que actúan de manera coordinada apoyando determinadas tendencias, partidos políticos o climas de tensión. Musk también ha planteado otras ideas, como convertir la sede de la compañía en un refugio para personas sin hogar, eliminar los anuncios para usuarios de pago e incluir controles de autenticación en la plataforma.

Por otro lado, hay usuarios que han llegado a especular con que esta nueva etapa de Twitter podría traer de vuelta a famosos usuarios que fueron “baneados” por la aplicación, como es el caso de Donald Trump. El f uturo de Twitter es más incierto que nunca y acaba de iniciar una larga travesía de la mano de una de las personas más influyentes y disruptivas de la actualidad. En los próximos meses, Musk deberá nombrar al equipo que le acompañará, ya que es probable que cese a la antigua directiva (con la que ha sido muy crítico hasta la fecha). En cualquier caso, el consejero delegado Parad Agrawal continúa en su cargo y ha sido mencionado en un comunicado de Musk, dejando entrever que podría querer seguir contando con él. Son, por tanto, muchos los escenarios que se abren a partir de ahora para la plataforma. Musk podría darle a Twitter un salto de calidad para seguir compitiendo en la primera liga de las redes sociales, o también podría terminar agravando los problemas ya existentes de la compañía. El tiempo, y los usuarios, terminarán juzgando esta evolución.

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