Opinión

0,007 euros

La visita del papa Francisco al Congo y a Sudán ha dejado una serie impresionante de testimonios que ya los medios de comunicación se han encargado de hacernos llegar. Algunos quedarán para la historia. Y ya lo comentamos aquí en semanas pasadas. Volvemos hoy al tema porque, sobre todo en Cuaresma, los creyentes estamos llamados a la misericordia y a compartir con los necesitados que por desgracia son muchos.

Ha llegado un resumen de Tornelli que refleja muy bien la escena en la que una niña jovencita, entre rejas, al pasar el pontífice le entregó “su” donativo, que era equivalente a 0,007 euros. Afirma Tornelli: “Quien es pobre dona todo lo que tiene”. La foto corresponde al viaje a Sudán: una niña dando limosna al papa Francisco. En la foto puede apreciarse a la niña que, a través de una verja que lo separaba de la calle por la que pasa el pontífice, que se desplazaba en silla de ruedas, le ha entregado un billete cuyo valor es de esos 0,007 euros

El director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, ha publicado la instantánea de la limosna al papa en Sudán del Sur, el país más pobre del mundo, hasta donde ha viajado Francisco, que se ha conmovido así a la salida de la catedral de Yuba, donde acababa de reunirse con religiosas, sacerdotes y seminaristas en la catedral de Santa Teresa. Tornielli ha hecho pública la foto en las redes sociales y la ha calificado como una “símbolo del viaje”.

Increíblemente, en este mundo de sumo progreso estamos comprobando como la pobreza y la miseria sigue estando presentes sobre todo en ciertas partes del mundo, como por ejemplo África. Pero es muy triste como esa miseria abunde igualmente en lugares que se tienen como de progreso. Es el mundo guiado por la cultura del tener y que prescinde casi totalmente de lo verdadero, que es el ser. Porque sin duda alguna, este mundo actual se mueve en medio de un consumo desaforado y manipulado por reiteradas propagandas que por cierto pagamos todos los consumidores. Muy triste espectáculo el que nos ofrecen los centros comerciales y grandes lugares destinados unicamente a fomentar el consumo.

¿Cuándo va a nacer alguna organización que propague el compartir, la igualdad y, como muy bien dicen los portugueses, la “partilha”? El tiempo de Cuaresma es el indicado para la penitencia y la conversión. Todo el ambiente cuaresmal gira en torno a estas ideas fundamentales y muy mal viviríamos estos cuarenta días si olvidásemos lo fundamental que el creyente está llamado a vivir. Pero ocurre que poco a poco hemos ido convirtiendo la Cuaresma y la Semana Santa (días sagrados y creados por el cristianismo) en época de vacaciones e incluso algunos lo llaman “fiestas de primavera”. Increíble despropósito. Porque a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Sobre todo en el sur de España, son también unos días para sacar a la calle extraordinarias piezas de arte. Cuando las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas en Madrid, hemos podido seguir aquel inolvidable Via Crucis en el que desfilaron los mejores “pasos” del arte español y que emocionaron a todos los que vimos el desfile y, sobre todo, en medio de aquella lluvia y vendaval en Cuatro Vientos que Benedicto XVI soportó estoicamente junto a Rouco y otros obispos. Las lágrimas inundaron muchas mejillas al surgir solemne la inigualable custodia de Enrique de Arfe de la Catedral de Toledo.

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