Opinión

1.700 años gracias a un portugués

El conocimiento del tema se lo debo a mi inolvidable amigo David Ferrer Garrido. Aquel hombre grande en todo, inteligente, con fuerte carácter e incomparable amor desinteresado a Ourense. Tal día como hoy él escribió entonces sobre lo mismo. Comenzamos el 1.700 aniversario del nacimiento del incomparable Martín de Tours: un santo con fama universal, patrón de muchos lugares y también de Ourense. Baste señalar que ejerce su patronazgo, entre otros lugares, en Buenos Aires, en muchos pueblos y ciudades de la nación húngara, Utrecht y Bucaramanga. Nació en la actual Hungría en 316 y falleció en el 397 en Cantes, siendo venerado tanto por católicos como por ortodoxos. Es patrón de soldados, tejedores, fabricantes textiles...

El origen de la devoción en gran parte de la península se debe a un personaje único nacido también en la actual Hungría pero afincado en Portugal, en concreto en Dume, cercano a Braga: Martinho de Dume (Panonia 510-Braga 580). Fue abad y fundó la diócesis de Dume (un caso excepcional ya que coincidía con la abadía) y llegó a arzobispo de Braga siendo conocido como el "apóstol de los suevos" convirtiendo a los arrianos, ejerciendo una gran influencia y liderazgo en toda la zona bracarense donde llegó incluso a moderar el Concilio (en el 563) convocado por Juan III. Su magisterio y escritos perduran en actualidad hasta hoy. A él se debe, por ejemplo, que en Portugal el nombre de los días de la semana dejasen de ser paganos como en la mayor parte del mundo.

En aquella época, desde Coimbra hasta el Cantábrico era el reino de los suevos, que eran arrianos. El rey era Carriarico, quien tenía un hijo, Mirón, muy enfermo en cama. Ante la impotencia de la medicina, el rey, atraído por su fama de santo, mandó llamar a Martinho de Dume para que interviniese y le curase. El abad fue a visitar al joven y le dice al rey que él no es ni curandero ni santo pero que mande a buscar las reliquias de San Martín de Tours a Francia y que se encomienden a él. Así fue y, llegadas las reliquias, el hijo del monarca sanó. Ante tanta alegría el rey se convirtió al catolicismo en el 550 y con él todo su reino y más tarde su sucesor Teodomiro. Es así como la intercesión del dumiense se extendió a gran parte de la península y se convirtieron los suevos al catolicismo. Una historia interesante. Personalmente creo que varias parroquias ourensanas originariamente tuvieron por patrón al de Dume. Y el caso más claro es S. Martín de Domés cercana a Celanova.

Volviendo a nuestro patrón revela que el bracarense conocía muy bien la figura y valía de su paisano al recomendarlo. La conocida anécdota de la capa es únicamente un ejemplo puntual. Pero además de la caridad lució por su categoría intelectual y ejemplaridad como pastor y líder de su tiempo y en siglos posteriores. Dejó su vida militar para unirse a los discípulos de San Hilario de Poitiers y llegar a sacerdote y obispo con una fama que trasciende hasta hoy.

Lógico es que esta diócesis de Ourense, que le tiene por patrón, conmemore y le honre en el aniversario de su nacimiento.

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