Opinión

Alfonso Guerra

Para quienes me siguen en esta sección verán normal en mi los elogios a ese político andaluz al que tengo una gran consideración.

Hace años vino a Lisboa y habló a los alumnos del Instituto español que le siguieron sin pestañear. Es lúcido en su exposición porque es persona de ideas muy claras, e incluso mordaz. Sin duda está por ver cuantos de su talla intelectual y politica existen en nuestro Parlamento español.

Ha estado en el Foro de La Región y en medio de un panorama nacional político convulso, ofreció una mirada sobre la actualidad española. Le presentó Francisco Vázquez, con el que Guerra comparte una visión cercana. 

Presentó su nuevo libro, “La España en la que creo. En defensa de la Constitución”, recordando la importancia de la Transición de la que, dijo: “estoy muy orgulloso” frente a movimientos separatistas(“panoplia de zapadores”), descontentos acobardados”.  La coalición entre PSOE y Podemos sería un “drama para el país. Sánchez llegó al acuerdo sin hablar antes con ningún partido constitucionalista”.  Abogando por “un pacto PSOE:PP Y Cs, con 8 o 10 puntos”

"Tienen un susto tremendo porque no vayan a llamarles fachas por defender a su país yo me siento español cada día más, un país sin odios, sino entendimiento, comprensión y solidaridad”.

“La Constitución española es democrática, moderna, avanzada y solidaria, las voces que la critican no saben ni qué critican”. Entre el Congreso de hoy (“hecho un lío”) y el de antes (del “perverso' bipartidismo)”, se queda con el del pasado. “A los partidos les exijo un poco de sentido común".

“Algunos partidos han abandonado la Constitución como acta de paz y esto supone poner en riesgo lo andado durante 40 años de igualdad, tolerancia, y la convivencia pacífica. Hoy no coge usted una gran cabeza para la política ni con lazo”.

Sobre los pactos dijo: “Me parece un suicidio colectivo. La prioridad, es que los partidos democráticos hablen entre ellos. Sin olvidar su fin último, el bienestar de los ciudadanos, para cambiarlo por el bienestar de los propios partidos. El líder, incluso se pone por encima de la ideología del propio partido. 

“El abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es un drama”, “El movimiento del abrazo es la 'metáfora' de lo que va a ocurrir, que habrá uno que tomará la iniciativa y el otro no podrá decir que no aunque le gustaría”.

Es muy difícil resumir a Alfonso Guerra porque es un cúmulo de ideas todas muy aprovechables. Es un personaje de titulares permanentes.

Sin duda alguna desentonaba en el Parlamento actual y tal vez por ello dejó su escaño. Pero es un valor que harían, hacen, muy mal los socialistas en marginar o postergar. Parece que últimamente el “nuevo” PSOE en su pretendida renovación pone a un lado a los llamados barones que poseen un peso específico muy notable. Sería grave que se estuviese descafeinando el socialismo auténtico.

Y comprobamos como últimamente aparecen declaraciones e incluso cartas de verdaderos líderes socialistas que ponen en cuestión el rumbo de su partido. Romper un partido desde dentro sería muy grave. Por bien de España, y del PSOE sería de desear que el entendimiento entre unos y otros se produjese por bien de todos.

Porque también es cierto que la talla política de  Felipe González y Guerra, al menos para mi, está fuera de toda duda. Fueron y para muchos siguen siendo un referente seguro de las ideas socialistas que a lo largo de más de un siglo han prevalecido para bien de España.

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