Opinión

Centrarse en lo fundamental

Con esto de la interminable pandemia y sus orígenes inciertos todavía, sería llegado el momento de que la clase política dejase a un lado desavenencias e ideologías y se centrase en un tema que está causando tantos miles de muertes. Lo contrario sería una grave injusticia para con el pueblo, si se dedicasen a temas que tal vez otrora eran interesantes pero que ahora debieran aparcarse. Es el momento de tener en cuenta a los miles de vidas y dejarse de discusiones. Si vemos las intervenciones en el Congreso y Senado así como en los parlamentos autonómicos, da la impresión de que lo del coronavirus es algo marginal.

Por otra parte, cuando sale un caso de corrupción (que los hay en casi todas partes) inmediatamente sale el “tú más” y ahí se pierden en los juzgados. Se avivan unos y silencian los otros. ¿Por qué? ¿Por qué los ERE andaluces están estancados mientras se avivan otros? ¿Por qué unos se avivan y otros se archivan? Son muchas y muy variadas las incógnitas de nuestra politica nacional que a veces huelen como a elementos de distracción de los problemas reales. 

Está claro que lo primero es salvar vidas. Pero ello lleva consigo la protección y ayuda irrenunciable a la economía, que está bajando en picado en todos los sectores. Estamos ante una nueva etapa en la que los economistas deben articular soluciones válidas y eficaces. Desde la UE hasta el último ayuntamiento de nuestros pueblos, son necesarias soluciones que protejan a la ciudadanía, a los pequeños y medianos empresarios y en general a todo el entramado social para que puedan vivir y comer sosteniendo a sus familias, que es lo esencial.

Es muy triste escuchar la situación de muchos ciudadanos en paro y con las persianas bajadas mientras pones la televisión y observamos algunos debates parlamentarios que a nada conducen más que a la división, las rupturas y el caos. Todo ello muy triste en una humanidad que, por lo que se observa, parece caminar en un túnel en el que nunca se ve la luz.

Para empezar, la clase política necesita una puesta al día urgente marginando esas estériles confrontaciones como si el poder fuese lo único necesario. Ver encarnizadas discusiones como en las elecciones está fuera de lugar. En vez de tantos improperios de unos a los otros (sin excepción) es urgente una política de consensos remando todos en la dirección que marcan las exigencias del pueblo. Porque, cuando vemos la serie de reuniones, las incontables discusiones y el tiempo que pierden para acceder al poder, con los desembolsos a lo que estas desavenencias conducen, se producen reacciones personales que van del pesimismo al más calamitoso asco.

Tal vez creen que estoy siendo pesimista pero, incluso, ¿cuántas horas y energías se han perdido y pierden en discusiones sobre las vacunas para la pandemia? Incluso jugando con el número de dosis a impartir y del lugar y las edades para ello. Y mientras tanto, muchos esperando a que se pongan de acuerdo para poder recibir las ansiadas vacunas. Increíbles contradicciones que se mueven entre los intereses de los partidos políticos. Esta es la realidad pura y dura.

Tenemos, si queremos y somos demócratas, que aceptar siempre los resultados de las urnas. Esto está claro. Pero nuestro voto es para que nos gobiernen, y bien, y para que luchen por la igualdad, la paz y el bienestar social. Ciertos enfrentamientos del momento parecen ir por otros derroteros y esto crea en la ciudadanía incertidumbre y muchas enfermedades mentales. ¡Por favor vayan al grano y entiéndanse de una vez! 

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