Hay ocasiones en las que al ver algunos programas de TV o ciertas publicaciones a uno se le cae el alma a los pies por la incultura que manifiestan. Recuerdo uno de televisión en el que hablaban de los cruceiros, y allí estaba un antropólogo gallego que ni se le ocurrió citar el breve y bello artículo de Castelao 'Reparade nos nosos cruceiros'. Daban un teléfono al que llamé, pero fue imposible la conexión para aclararle lo que certeramente dice el de Rianxo.
Recientemente, en un programa de TV, se habló de las esculturas del apostolado que figuran en el santuario de Aránzazu. Y se dijo que eran 14, debido a que ese es el número (desconocía yo el dato) de los que participan en una trainera. A lo mejor también hasta estaba equivocado el presentador con este comentario. Me tomé la molestia de localizar al rector del santuario, que me dice que Oteiza, que fue el escultor, tampoco lo dejó muy claro. También el Greco nunca pintó a San Matías.
Doce son los apóstoles (Pedro, Andrés, Santiago el Mayor, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el Menor, Simón, Judas Tadeo y Judas Iscariote), recordando y para indicar la vinculación con las doce tribus de Israel o Jacob (cuyos hijos eran Judá, Simeón, Benjamín, Dan, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén, Gad, José y Levi) y que recibieron cada uno una porción de tierra para colocar sus propias tribus, con las excepciones de José y Leví. La porción de tierra de José, a quien creían 'muerto', fue repartida a sus dos hijos: Efraím y Manasés. Levi nunca aceptó la tierra que le correspondía y se dedicó al sacerdocio. Por lo tanto los patriarcas de estas tribus fueron: Judá, Simeón, Benjamín, Dan, Isacar, Zabulón, Aser, Neftalí, Rubén y Gad (hijos de Jacob o Israel) más Efraím y Manasés (hijos de José). La tribu de Leví nunca es considerada como una de las Doce Tribus por carecer de tierra propia.
Nada me cuesta reconocer que he aprendido muchas cosas de mis alumnos, y dos de ellas referidas a los apóstoles que ellos supieron descubrir. Cierto que son doce, pero al final son catorce los que han tenido el nombre de apóstoles. Además de los anteriormente citados llevaron el nombre San Matías, que sustituyó a Judas Iscariote (que también fue apóstol), y por supuesto San Pablo convertido en el camino hacia Damasco (también ignoro de donde sale lo de la caída del caballo). En total, 14, y acaso lo de Aránzazu venga de ahí y me gustaría que alguien con más conocimientos me aclarase este punto, porque tal vez lo de catorce pueda venir de lo que comentamos. Los 14 apóstoles representarían a los 12 apóstoles, más a otros dos que son considerados tales: Matías y Pablo, 12 + 2 = 14.
También se ha hablado siempre de que todos murieron mártires menos San Juan Evangelista, el 'discípulo amado', que cuidando de la Virgen en Éfeso, tal como Jesús le encomendó en el Calvario, murió anciano sin ser mártir. Teniendo en cuenta que mártir es únicamente aquel que derrama la sangre por Cristo ('por mi causa', se repite varias veces en el Evangelio), son dos los que se libraron del martirio. Además de San Juan está Judas Iscariote, que se suicidó y por lo tanto nunca llegó a derramar su sangre por el Maestro.
Es posible que estas líneas de hoy les hayan resultado pesadas, pero creo que siempre está bien de vez en cuando tomarse una licencia y dedicarse a disquisiciones como éstas. Sé que sabrán perdonarme y posiblemente los escrituristas tengan otros argumentos más sólidos. Mientras tanto seguiré discutiendo con el rector del santuario de Aránzazu y sobre la figura del escultor Oteiza.
