Opinión

De las palabras a los hechos

El evangelista San Lucas nos narra una de las parábolas que personalmente creo posee una gran actualidad. Siempre me hace reflexionar este pasaje evangélico que hoy se lee en las misas dominicales. Se trata de una persona que estaba en el arcén del camino de Jerusalén a Jericó malherido después de haber sido atracado y maltratado. Por aquel lugar pasaron gran cantidad de personas de todo tipo de profesiones. Le vieron y continuaron de largo. Unicamente pasó un samaritano -que, por otra parte, los samaritanos se llevaban mal con los vecinos del herido- y le recogió, lo llevó a una posada y pagó todos los gastos del malherido. Esto demuestra que una cosa es hablar y otra dar trigo. Una cosa son las buenas palabras y otra los hechos. 

Lo mismo que ocurre en el mundo de hoy que está con incontables problemas. Es un mundo enfermo de muchas cosas, en suma muy herido por problemas ideológicos, sociales. Ante la situación actual pasa la economía y acaso le dice al enfermo que se resuelve con dinero. Pasa el psicólogo y le dice que vaya a su consulta; pasa el sociólogo y le hace encuestas; pasa… y el enfermo sigue en la misma situación porque pasa el político sobre todo antes de las elecciones y le ofrece discursos, palabras y más palabras. Nada. 

Es necesario que pase un “buen samaritano”, es decir una persona con hechos, ideas y contenidos porque los hechos ayudan y las palabras se las lleva el viento… En definitiva el mundo actual necesita verdaderos líderes capaces de encaminar a este enfermo que ya lleva décadas a la vera del camino esperando que alguien le eche una mano. Porque vivimos en el mundo de la comunicación, en definitiva en el mundo de las palabras y poco más. Las redes sociales debieran tener cuanto antes una legislación seria y eficaz porque tal como estamos, al margen de las cosas buenas que esas redes nos ofrecen, nos encontramos ya con insultos en demasía y descalificaciones que a veces rozan la grosería, nula educación y contrarias a una sana democracia y concordia.

Da pena que en el caso evangélico pasaron de largo muchos. Pero más pena causa que por encima se insulte incluso al enfermo si es de una ideología distinta a la de aquel que utiliza los medios. De aquí la gran actualidad del pasaje de San Lucas. Nos encontramos en demasiadas ocasiones con afirmaciones que dan vergüenza ajena. Incluso viniendo de personas que defienden, por otro lado, la sana convivencia. Porque una cosa son los programas electorales de los partidos políticos y otra, bien distinta, la manera que utilizan para llevarlos a la práctica.

Recientemente con motivo de las elecciones y posterior ejecución de las mismas sonrojan ciertas posturas y en ellas, por lo que se colige, caen la mayoría de nuestras formaciones políticas y a los hechos me remito.

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