Opinión

Las decisiones a tiempo

Ya hablábamos de la necesaria renovación en pasados jueves. Las actuales circunstancias políticas y sociales por las que atraviesa el país tras el 20-D exigen retomar el tema porque a las cosas hay que llamarlas por su nombre sin eufemismos que a nada conducen. Hemos oído tantos y tan variados discursos, unos contradictorios con los anteriores, hoy diciendo digo, mañana Diego y un sinfín de inexactitudes, oportunismos e incluso mentiras, que uno queda perplejo. Falta altura, carecemos de líderes, personas de Estado, hombres y mujeres capaces de anteponer el bien común al propio ego. Saber retirarse a tiempo es de personas grandes.

He pensado en estos días en el gran Manuel Fraga. Y recuerdo cuando, dando uno de sus golpes en la mesa con aquella energía y carácter tan suyos, va y primero da un puntapié a Hernández Mancha y luego a Jorge Verstrynge. Los echó fuera y punto, e incluso refundó su partido. Ni quiero pensar lo que hoy haría él, que era recto, enérgico y honrado y que sabía llamar a las cosas por su nombre.

Esto ha faltado y falta hoy en los partidos, sobre todo en los mayoritarios. La corrupción se ha hecho moneda común ya en gran parte de la geografía política, donde se han introducido elementos dignos de aquellos puntapiés de Fraga. Tanto en el PP como en el PSOE ocurre prácticamente lo mismo porque los ERE de Andalucía que salpicaron a Chávez, Griñán y muchos otros están en la misma línea de lo ocurrido en Valencia o Madrid entre los populares.

La pérdida de votos en el 20-D debiera hacer pensar a todos porque todos han perdido, salvo que nos obnubilemos ante la realidad palpable. El resurgir de nuevas formaciones políticas es la lógica consecuencia de tanto desvarío, tanta corrupción y tanta mentira y falta de sentido común. Si es verdad lo anterior, y así lo creo, echando mano del refranero es necesario que "a grandes males, grandes remedios". Con humildad, los dirigentes nacionales deben reconocer que se equivocaron al poner su fe en algunos sujetos que ahora visitan los juzgados y quizás mañana pasen por la prisión.

Es el momento de la energía y nunca del "promoveatur ut amoveatur". Porque eso son falsas tapaderas que van incluso contra la justicia. Premiar con escaños en Madrid a perdedores en sus feudos es, cuando menos, esa injusticia de la que hablamos. Si usted ha fallado se va a su casa sin más miramientos. Si ha defraudado y dañado la imagen del partido, se retira bien lejos y se acabó.

Los tiempos pasan y los modos y sistemas también. Pasó la UCD, el CDS y está pasando el PCE. Tuvieron su momento que dista del de hoy. Por eso en muchos casos pasa por la refundación de los partidos eliminando de raíz líderes, modos y maneras. Felipe González, un hombre de Estado, eliminó en su día la connotación marxista de su partido y así triunfó.

Si quieren sobrevivir, hacen falta caras nuevas y nuevos sistemas, eso sí, pasando por la eliminación de tantos que tanto daño han hecho a los partidos y en definitiva al país. El vuelco electoral es el fruto de cuanto decimos. Un gobernante que sea incapaz de dar un golpe y cortar por lo sano puede cosechar soledad. Por eso lo que alguien ha dicho a Rajoy que malamente puede gobernar sin antes gobernar su casa. Totalmente de acuerdo. Ha hecho mucho que acaso algunos olvidan pero le ha faltado la energía necesaria para dejar los paños calientes y mandar a la calle a quien sea.

Es ahora el momento de eso por bien de todos. Las decisiones o se toman a tiempo y con enérgica decisión o de lo contrario a la corta, antes que a la larga, los pusilánimes sufrirán en sus propias carnes sus indecisiones.

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