Opinión

Diálogo dentro de la ley

En uno de los debates previos a las elecciones catalanas habría que poner algunos peros a las distintas intervenciones, que fueron unas en castellano (el debate era en la televisión estatal TVE) y otros en catalán. Siendo objetivos daba la impresión de todos contra uno. Eran en total 9. Yo quisiera quedarme con unas palabras y un gesto que los otros 8 ignoraron y dejaron sin respuesta. El candidato Salvador Illa, mirando a todos, ofreció diálogo y les preguntó a derecha e izquierda bien claramente: “¿Ustedes están dispuestos a dialogar dentro de la ley?” Lo repitió varias veces y obtuvo la callada por respuesta.

Creo que era y es el momento de dejar a un lado ideas partidistas e ir al unísono hacia la unidad, la concordia y la paz en Cataluña. Lo contrario será ir resquebrajando y dividiendo al pueblo catalán. Vemos cómo ha pasado de ser un pueblo rico y señero a contemplar cómo las grandes empresas se han ido de allí. Uno de los candidatos insistió, con razón, que Cataluña tenía que recobrar el liderazgo económico, social y político. Han pasado de moda frases como aquella de “España nos roba”. Cuando se descubrió quienes eran los corruptos que defraudaban… que por cierto aún no salió el juicio.

Muy mal anda este país, con la pandemia incluida, para que algunos líderes se dediquen a lanzar soflamas separatistas después de haber jurado o prometido fidelidad al rey, incluso en el solemne acto de toma de posesión ante el monarca. Se han creado en Cataluña, y lo recordaron varios de los candidatos, inútiles organismos que lo único que consiguen es restar dinero que debiera revertir en mejoras para ese noble pueblo. Diálogo sí, y siempre, pero dentro de los parámetros que marca la ley, que es la única vigente y que refleja la Constitución aprobada mayoritariamente por todo el pueblo español en 1978. Por eso da la impresión de que Cataluña vive en una disyuntiva que de momento me temo que sea difícil de resolver. Porque el Gobierno español, dejando a un lado los cantos de sirena de los populistas de ambos bandos, debe abandonar la pretensión de captar votos a costa de prebendas para seguir en el poder.

En definitiva, hacen falta políticos con ideas altruistas y de futuro mirando a los problemas reales que acechan a Cataluña en especial y a toda España en general, y mirar al bien del pueblo que está ya harto de tanta palabrería hueca y “postureos” fuera de lugar. Pero, claro está, para esto hacen falta verdaderos líderes que han ido postergando. Me dan profunda pena ciertas intervenciones parlamentarias de personajes sin fondo ni forma y que reducen sus argumentos a ideas prefijadas y sin sentido. Moviéndose a su aire, sin importarles el día a día de los ciudadanos. Es muy duro pero yo así lo creo.

Es de desear que nazca una nueva etapa serena y realista sin trapicheos y con el sumo respeto a las leyes actuales que son las vigentes. Demasiado condescendencia y comprensión ha manifestado el pueblo español cuando de una manera abrupta y zafia se insulta a España, se queman sus símbolos e incluso la fotografía del rey, que lo es para todos los españoles. Aquellos altercados callejeros están fuera de cualquier sociedad democrática y pacífica.

Posiblemente los nuevos lideres españoles aún estén comenzando sus estudios en la universidad que los debe formar, también en Cataluña, con mentes abiertas, serenas y sin manipulación ni ideológica ni lingüística desde la Primaria.

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