Opinión

Esos "fachas" que vos odiáis...

Definitivamente “Spain is diferent…” muy diferente. Lo que pasa aquí es difícil de comprender allende nuestras fronteras. Baste ver el cariño que en todas partes se le tiene a su bandera y a su himno por mucho que los himnos de los países, en general, sean tan agresivos, desde la Marsellesa al de Portugal: “As armas, as armas, pela Patria lutar…” El francés habla hasta de la sangre en las calles. Pues pese a ello, los ciudadanos los aman, cantan y adoran. Aquí es diferente. Si un español luce una bandera, automáticamente es “facha”. Se ve en Cataluña, todos los que piensan diferente a los nacionalistas enseguida son calificados de “fachas”.

Personalmente opino que el problema de Cataluña va mucho más allá de la independencia. Es la agresividad y división interna entre la ciudadanía y, sobre todo, la animosidad que desde décadas se está creando hacia el resto de España desde aquella autonomía. Es el renacer y alimentar las dos Españas y dividir postergando a quienes piensan diferente. Eso, alimentado tanto tiempo, tardará tal vez siglos en conseguir una verdadera normalidad democrática.

Se califica a los partidos, se les pretende enviar al ostracismo con una propaganda y política muy estudiada y es así como en la realidad a los constitucionalistas se les otorgan calificativos improcedentes, sin el más mínimo respeto. Y esto empezando por los signos externos como son la bandera y el himno, sinónimos, para algunos, de fachas y retrógrados. ¿Cuándo en este país cada uno se podrá expresar correctamente tal como su ideología le marca? Dificilísimo. ¿Cuándo serán capaces de mirar para cualquier país del mundo y ver su comportamiento en esto? Parece que nunca.

Hay que respetar a todos, y los que fomentan esta división cometen, a mi modo de ver, un gravísimo delito histórico. Me pregunto con todo respeto: ¿Todos los fieles de los célebres 400 curas y del “bisbe” de Solsona son todos independentistas? Sería muy grave a todos los niveles que se desconociese el sano pluralismo de sus feligresías y de su diócesis hiriendo con sus posturas a los que piensan distinto. Recuerda la historia las inundaciones, sobre todo de comienzos del siglo XX, en Granada. Fueron a ver a los damnificados tarde y mal, siendo recibidos con insultos a los que el cardenal Parrado, que era el arzobispo granadino, le dijo al capitán general: “En cuanto a nos, no ha lugar, mi general”. Pues eso: “No ha lugar sr. ‘bisbe”

Porque esa división interna en Cataluña llega a todos los niveles, desde el político hasta el religioso. Se ve como los partidos nacionalistas van decayendo de día en día y les cuesta remontar. Y sucede porque el pueblo está muy mentalizado.

Si leemos la historia, también la más reciente incluido el franquismo, observaremos que aquella zona siempre fue privilegiada y así nacieron allí las grandes empresas que, por desgracia para ellos, ahora están trasladando sus sedes fuera de Cataluña porque desean estabilidad y rehúsan la política que emana de la Generalitat, que está más por la labor ideológica que por los verdaderos problemas del territorio. Esta es la pura realidad. Mi opinión es clara: ¿caen en la cuenta los nacionalistas radicales del daño que están causando a su pueblo?

También es cierto que a los gobiernos de España les han faltado agallas para cortar, en su día, ciertos desvaríos que están pagando caros. La misma lectura que algunos hacen de las sentencias judiciales y la demora de las mismas es otro gran ingrediente a tener en cuenta. Como lo es, en este sentido, la solución a los ERE andaluces.

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