Opinión

La bodega y el borracho

Seriamos tontos, como dice el refrán, si nos consolásemos del mal de muchos, de la corrupción generalizada. Un refrán que por muy claro que sea, en la actualidad, son muchos los que se consuelan: “… si todos lo hacen…” Triste y lamentable conclusión a la que llegan algunos. Ni mucho menos podemos consolarnos con el mal generalizado cuando si somos de verded responsables nuestra misión debe ser la conciencia bien formada, la honradez y la rectitud de conciencia.

Estamos hartos del manido tema de la corrupción. Primero Madrid, después Valencia, ahora Andalucía, a lo que se suman sonoras corrupciones fuera de la Península e incluso de Europa. La corrupción es el tema del día y la reciente sentencia, dura sentencia , de los ERE supera con creces lo de Madrid y Valencia, si somos sinceros. Una cosa clara es la independencia de nuestra Justicia que, demostrando su imparcialidad, está poniendo a cada uno en su sitio.

Centrándonos en el tema de los ERE, que es la actualidad, la cosa ha llegado a límites insospechados por mucho que cierto sector pretenda suavizar el tremendo golpe, aunque el PSOE declare que los encausados hoy carecen del carné de partido, es claro que los hechos se cometieron durante sus mandatos. Y Susana Díaz vivió de cerca la corrupción juzgada, ya que era la presidenta del partido en Andalucía. Por eso choca grandemente que insista en presentarse nuevamente al cargo. Aqui está la diferencia con lo ocurrido en Madrid, en donde pasaron al ostracismo los líderes de entonces, empezando por Esperanza Aguirre.

Pero el problema es mucho más serio y profundo. Lo son los escandalosos emolumentos de nuestros cargos públicos mientras peligran las pensiones. Y más grave lo es el bajo nivel de muchos de nuestros politicos actuales. Es la pura realidad. Como dirían los italianos “tutti insieme” han conseguido bajar el prestigio y la honorabilidad de muchos de nuestros gobernantes capaces de ir a lo suyo. Es lógico que paguen con la cárcel el mal que han hecho al pueblo. Creo que es urgente remozar la democracia española, se ha quedado obsoleta por lo que se ve al serle difícil enderezar los tortuosos caminos bancarios al que algunos han llevado al pueblo español.

Nos estamos convirtiendo en el hazmerreír de los pueblos extranjeros. Es necesaria una reforma a fondo si queremos que esto vaya adelante dejándonos de discusiones baladíes y yendo al fondo del problema. Mucha justicia social mientras unos ganan y le sobra para sus diversiones y lujos asiáticos; y una mayoría ya apenas llega a fin de mes, la educación anda al socaire del gobierno de turno, el paro sigue y las familias pasan por momentos difíciles tal vez como víctimas de la misma crispación social reinante.

Debieran todos los partidos hacer una selección más minuciosa y borrar de un plumazo a los que solo van a lo suyo. Una savia nueva, unas caras nuevas y una honradez que nunca debió perderse. Porque da la impresión de que la democracia la tomaron algunos como un divertimento más y un enchufe para engrosar sus nóminas a cantidades astronómicas. Baste ver el tren de vida que llevaban algunos antes de ser politicos y los lugares donde habitan y se mueven después de tomar posesión del cargo. Que por cierto nada más tomar posesión lo primero es subirse el sueldo y tan tranquilos. Haciendo bueno el refrán: “El que a la bodega va y no bebe, por borracho se le tiene”.

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