Opinión

La responsabilidad

Los consejos y las normas que nos están dando las autoridades son muy claros: “Sentidiño” o “Quédate en casa”. Tengo la impresión de que el momento es para la colaboración y sobre todo del sentido común. Admito que puedan haber cometido errores al dirigir la pandemia pero se debe, creo yo, más a la falta de conocimiento sobre un tema muy misterioso que a la mala fe de los que rigen. Muy posiblemente es el momento de legislar normas comunes para todo el país en vez de dejarlo todo en mano de las autonomías. Pero eso sería en este caso un tema aparte. El verdadero tema es la responsabilidad a la que estamos todos llamados. Medidas que a todos nos cuesta cumplir y que traerán consecuencias de todo tipo pero que son necesarias para toda la sociedad, niños, jóvenes, mayores, para todos. Con unas normas comunes y un criterio único.

Se han perdido esfuerzos en criticar e incluso cesar a personas vacunadas, según algunos, antes de tiempo. Algo muy discutible porque aquellos cargos públicos que, por su misión, están para servir y estar cerca del pueblo sería lógica la vacunación. Personalmente me he vacunado por ser capellán de una residencia de ancianos y en esa casa nos vacunamos todos, jóvenes o mayores, que prestamos un servicio a los ancianos. Algo lógico. Que se haya armado tanto jaleo por la vacunación de la cúpula militar es, cuando menos, muy discutible ya que si cumplen su misión tienen que tratar con mucho personal que puede estar contagiado. Acabamos de ver, por ejemplo, como murió el arzobispo castrense porque era un hombre cercano al Ejército y a la Armada. Este problema me parece muy mal enfocado. Se pierden horas y días discutiendo nuestros políticos sin aterrizar en el problema real. Como si deseasen jugar al despiste.

Pero lo más grave en esta pandemia es la falta de responsabilidad en algunos sectores, sobre todo en la juventud. Existe un grupo de jóvenes y mayores que se niegan a creer en la evidencia de la pandemia. Una evidencia que atestiguan los miles de muertos. Conozco a uno de cuarenta años que se negaba a creer en esta epidemia hasta que le tocó a él y dio positivo y aun ahora erre que erre en contra del médico, ¡sabe él más que todos los galenos juntos!

Y después los jóvenes; es increíble la actitud de algunos muy prestos a organizar fiestas en lugares escondidos sin faltar el botellón. Con toda la razón del mundo, las fuerzas de seguridad están llamadas a detener estos desmanes pese a que se nieguen a reconocerlo. Comprendo que para los jóvenes es muy difícil pasar días enteros en casa pese a las clases telemáticas. Y entonces aprovechan cualquier ocasión para llamar a otros amigos y juntarse en cualquier lugar, en cualquier casa. Sé de uno que tiene 17 años y que ya ha estado en esta pandemia confinado cinco veces ¡y no aprende! Incluso cuando hace bueno se llenan las playas ya sea de surfistas o simplemente tomando en grupo el sol. Se las ve y desea la policía para controlar.

Entonces la conclusión es muy clara, al menos para mí. La tan rápida propagación del célebre virus y sus distintas modalidades en gran parte se debe a la tremenda falta de responsabilidad. Y el problema es para el que contagia más que para el contagiado. Las incómodas mascarillas que a algunos nos atosigan son necesarias y la insistencia de las autoridades en ello es fundamental. Si la irresponsabilidad la añadimos a algunos errores de táctica de algunos responsables, entonces esto va para lejos tristemente.

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