Opinión

Los problemas de la justicia

Se ha convertido en una frase muy manida aquella de que “las decisiones de la justicia se acatan”. Y esto porque desde siempre los tribunales de Justicia en sus distintos grados fue, y debe seguir siendo, lo más respetado. La justicia, dentro de un país está llamada a ser respetada. Porque si algo debe ser admitido por todos son precisamente las decisiones judiciales. Estas son unas ideas básicas a tener en cuenta siempre.

Porque si esto se viene abajo tendremos que volver a la frase del romano Juvenal: “Quis custodiet ipsos custodes?”. (¿Quién guardará a los guardianes?, ¿Quién vigilará a los propios vigilantes?,¿Cómo controlar a los que controlan?). La frase, y el mismo autor ha sido siempre discutida pero para el tema que hoy quisiera abordar me parece de vital importancia.

Existen los tres poderes esenciales en un país a los cuales les corresponden misiones fundamentales. El Poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial que está llamado a controlar el devenir de la nación e incluso a los otros dos.

Pero, y aquí radica el problema, de un tiempo a esta parte y tras decisiones tomadas por el poder Judicial se han puesto en entredicho desde algunos estamentos y esto es de suma gravedad. Actitudes que tratan de desprestigiar, directa o indirectamente, sentencias, decisiones tomadas. Aquello de que nunca llueve a gusto de todos es cierto pero en este caso discutir o poner en tela de juicio sentencias venidas de la más alta magistratura crea un malestar e incluso desasosiego grave. Hasta el punto de que para algunos hacen tambalear las mismas esencias del mismo Estado de Derecho. Y esto es sumamente grave y lo pagará el mismo país.

Dicho todo lo anterior creo que se ha introducido en la misma judicatura una serie de elementos politicos que al final la mancillan.

Llevamos años con desencuentros que paralizan las elecciones para los más altos tribunales. En primer lugar estamos totalmente en contra de que en ello juegue la politica una baza decisiva. Habría de articularse una fórmula en la que en esas elecciones para nada tuviesen que intervenir los partidos politicos. En suma se trata de despolitizar a los tribunales que sería la única manera de recuperar su prestigio.

¿Existe esa fórmula? Porque de lo contrario los tribunales se convertirían en marionetas del gobierno de turno perdiendo su misma esencia y creando en el país un desconcierto que será de todas las maneras un mal irreparable. Porque estamos viendo como se archivan casos, como algunos condenados son absueltos, como se paralizan sentencias y un cúmulo de decisiones en las que es fácil descubrir esa mano oculta que pueden ser los partidos politicos o el gobierno de turno.

El poder legislativo está llamado a redactar leyes que el ejecutivo debe exigir y normas y legislaciones siempre encaminadas a un principio básico que es el bien común. Toda aquella ley que vaya en otra dirección nunca podrá ser justa. Se pierden en interminables y baladíes discusiones, mutuos reproches, mientras algo tan fundamental como la Magistratura pretende utilizarse para bien propio o de un sector determinado, olvidando el bien de toda la ciudadanía.

Es de esperar que con cordura, diálogo y buen tino se respete, proteja y ampare sin fisuras al poder judicial. Lo contrario nos llevaría al caos.

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