Opinión

En las raíces del pueblo

Hoy celebramos a la Virgen del Carmen, cuya denominación procede de su veneración en el Monte Carmelo de Tierra Santa cerca de Haifa. Carmelo o Carmen derivan de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como “jardín”. La veneración de esta advocación mariana ha sido difundida en el mundo por los carmelitas como la “Estrella del Mar”. De ahí que sea la patrona de los pescadores y de la Armada. Son incontables las procesiones marítimas con su imagen en todo el litoral en el día de hoy. Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española le rinden culto. Además, fue patrona del ejército de los Andes capitaneado por el general San Martín, quien fue el artífice de la independencia de Argentina, Chile y Perú. 

La advocación ya aparece tanto en el profeta Isaías como en Elías, que vivía en una gruta del Carmelo donde demostró el poder frente a los sacerdotes del dios pagano Baal. La veneración se remonta al grupo de ermitaños que, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, fundando en el siglo XIII la Orden Carmelita. Según la tradición, el 16 de julio de 1251 la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido a san Simón Stock, que era el superior general de la Orden. Siguiendo con la tradición, a este santo carmelita le entregó la Virgen el célebre signo del culto mariano carmelita, el escapulario que recibió reconocimiento papal en 1587 y por los pontífices posteriores. También según la tradición, en el siglo XIV la Virgen se apareció al papa Juan XXII, prometiéndole ayuda y la salvación de los carmelitas y de los devotos que llevasen el escapulario. La Virgen descendería al purgatorio el primer sábado después de su muerte para llevarlos al cielo. Esto fue aprobado por el papa en la Bula Sabatina del 3 de marzo de 1322, y por Clemente VII en 1527. 

Es así como, siguiendo estas tradiciones y los respaldos de Roma, la devoción a la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, y desde España a numerosos países de América. La península Ibérica es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. El 19 de abril de 1901, la regente María Cristina de Habsburgo y su ministro refrendaron la Real Orden que proclamó a la Virgen del Carmen patrona de la Armada Española. La primera fundación de los carmelitas fue en Valladolid, en el convento de San Pablo de la Moraleja (1315), y su propagación fue rápida por toda la Península llegando a todo el territorio español. Santa Teresa de Jesús y San juan de la Cruz, en el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los “Carmelitas Descalzos”.

En el devenir de los años se han ido adaptando a los tiempos con modificaciones de su estilo que llegan hasta nuestros días, sobre todo mitigando la rigidez de la clausura. Es por eso por lo que aún hoy existen al menos varios modelos. Y en esto ha tenido una gran importancia la hoy santa Maravillas quien, desde su convento cercano a Madrid, fue imponiendo un estilo más rígido que recuerda a los primeros tiempos. Este grupo, con gran número de vocaciones, pervive dentro de la Orden del Carmelo, aun cuando la mayoría de los conventos han sufrido, como decimos, numerosas modificaciones a lo largo de los tiempos. Dos estilos, por lo tanto, siguen perviviendo dentro de un mismo carisma carmelitano. 

Te puede interesar