Opinión

Los símbolos de un país

Ocurre en España algo que para el resto del mundo resulta extraño, muy extraño. Se trata de los símbolos nacionales y, en concreto, la bandera y el himno nacional. Si vamos a otro país comprobaremos que cuando suena el himno o se luce la bandera nacional la gente lo acoge con respetuoso silencio incluso, se ponen de pie e incluso con la mano en el pecho. Pero aún más, se utilizan los colores nacionales en todo tipo de prendas y la gente lo hace con orgullo.

Esa respetuosa actitud la adoptan en todas partes estén dentro o fuera de los límites nacionales. Y estos modos y maneras llegan a límites insospechados para muchos españoles. Recuerdo que en una ocasión en un partido de futbol en Francia a un grupo se le ocurrió silbar al sonar la Marsellesa y el presidente suspendió el partido. Así de claro.

En una ocasión se me ocurrió ver la letra de distintos himnos nacionales y quedé escandalizado por las expresiones de algunos. Comenzando por el himno portugués que canta: “As armas, as armas…” Y nada digamos del francés que incluso habla de sangre. Nosotros desgraciadamente somos como somos e incluso discrepamos y discutimos a la hora de poner una letra a nuestro himno. Entran en liza las ideologías partidistas y enseguida se arma hasta el punto de que se rechazan más por el autor de las mismas que por el contenido de las letras.

Tanto el himno como la bandera son patrimonio de toda la ciudadanía y nunca de un partido en concreto. Aquí está la raíz de nuestro mal. Si uno lleva una pulsera o un trozo de bandera en cualquier prenda enseguida salen algunos llamándole facha, retrógrado u otras lindezas. En la Transición se eliminó el águila que venía ya de los Reyes Católicos y que algunos pretendieron identificar con el régimen franquista. Craso error. Y ahora un cierto partido alardea con la enseña nacional por todas partes. Malo lo uno y peor lo otro. La bandera es de todos y el partido que pretendiese adueñarse de ella cometería un grave agravio contra el resto de los españoles. Como grave es que una autonomía española rechace de plano los dos símbolos.

Tanto la bandera como el himno son dos símbolos cuya finalidad es unir a los españoles. Si esto causa división estarían, en otros países, cometiendo un delito los que así se comportasen. Imagínense, por ejemplo, que en EEUU se les ocurre a algunos vituperar sus signos nacionales. Va directamente a la cárcel. Y nada digamos si los quema o pisotea como ha pasado en España en tiempos bien cercanos.

Las finales de Copa en las que intervienen ciertos equipos se las ven y desean los organizadores para controlar el orden o proteger a la primera autoridad de la nación. La cosa es muy clara, al menos para mí: si un equipo no tolera los símbolos nacionales, lo lógico es que se abstengan de participar. Y en esto algunos nacionalistas debieran caer en la cuenta de que su actitud es improcedente. Quemar en plenas Ramblas barcelonesas la bandera o la fotografía del rey es, cuando menos, algo chocante. Lo digo como lo siento.

En mi salón tengo con orgullo la bandera de España y la gallega y cuantos llegan a mi casa caen en la cuenta de que es algo importante. Se puede pensar distinto en lo accesorio pero en lo fundamental procede la unidad. Sé que algunos discreparán de esto que acabo de decir pero existe la libertad de expresión. 

Te puede interesar