Opinión

Todos invitados

Me imagino, lo creo firmemente, que en el otro mundo las pandemias, el covid, ni siquiera se asoma a la puerta. ¡Faltaría más! Por eso a todos los eventos, bodas incluidas estamos todos invitados sin restricciones de número o de vínculos familiares. A esas bodas tenemos, debemos, asistir todos. Es una invitación que todos los vivientes debiéramos cumplir. Porque de lo contrario al final va a ser invitado desde el más rico al más pobre. Eso deja claro el Evangelio que la Iglesia tiene para este domingo.

Y además, estamos en el mes de octubre, el que siempre se dedicó a dos ideas fundamentales. En primer lugar, el Rosario, como nos ha recordado y recuerda siempre en Ourense la parroquia de Santo Domingo. Viene a mi menoria el recientemente fallecido don Emilio, que rigió la parroquia tantos años, cómo preparaba él la novena en su parroquia y con cuánto ímpetu cantaba al final el “Viva María…” Pero además, es el mes para tener muy presente a las Misiones, y así el próximo domingo celebraremos el día del Domund. Este año más que siempre la invitación es más imperiosa que nunca. Porque en Europa y parte de América se nos ofrecen, más o menos, los escalofriantes datos de las personas infectadas, pero sabe Dios cuántos en tierra de misiones fallecen en el más terrible anonimato. Ya son más de 400 los sacerdotes fallecidos en el mundo por el tristemente célebre coronavirus y la gran mayoría en misiones. Allá van muchos a llevar su fe pero sobre todo también el pan y la ayuda a todos los niveles. Y esto es muy de tener en cuenta. Como la ingente y anónima labor de Cáritas.

Por eso la ayuda a los misioneros debe ser imperiosa. A todos, sobre todo a los creyentes, nos apremia. Es el hambre, la miseria y la soledad de muchos pueblos que nada tienen y que, además, les “visita” la pandemia. Tengo un antiguo alumno, hermano de un miembro de la Armada que hoy vive en Madrid con su familia y su encantadora novia. El bueno de Tati Cartelle colgaba estos días en el Facebook un mensaje que personalmente me emociono. Dice textualmente: “Me habéis acompañado en mis oraciones, he rezado por todos vosotros y por los planes que Dios os tiene preparados: nunca tengáis miedo y, sobre todo, pensad que quiere lo mejor para nosotros. Además, ante esta pandemia que estamos viviendo tenéis que pensar que estamos juntos en esto y que no existe Misión sin Comunión. Aunque con muchos no hable o no trate diariamente, os llevo en mi corazón y oraciones para presentárselas al Señor, para vivir verdaderamente en comunión”

Justo un tema muy de acuerdo con la situación y el mensaje que comentamos. Esta familia tal vez muy pronto se va a emparentar con una ourensana conocida.

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