Nos hemos levantado este sábado los ourensanos con una noticia que, pese a ser esperada, ha consternado por el relieve que la familia posee en la ciudad.
Breve enfermedad la de José Manuel Pérez Canal (desde mayo) que hace poco conocíamos. Un hombre luchador que sin llegar a los 60 años nos deja por una rápida y criminal enfermedad. Personas como José Manuel y, sobre todo, como su madre Maricarmen, tan querida de todos, los necesita esta provincia. Un gran empresario formando un perfecto tándem con su sombra, que era su madre, a quien le transmitía su gran deseo de crear más puestos de trabajo, aún en estos últimos días. Era su ilusión porque su empresa iba adelante.
Desde siempre conocí a su familia por el origen común del entrañable barrio de A Ponte. Pero en octubre de 1971, al haber sido nombrado formador del Seminario Menor, allí me lo encontré. Un niño inquieto, trasto, ágil, al que le dediqué horas porque se negaba a comer de todo.
Además llegaba con la ilusión de Don Jesús Pousa y de su madre. Era una época en la que la parroquia de A Ponte tenía varios seminaristas, de ellos llegó al sacerdocio el hoy canónigo y rector del Seminario Don José Ángel Feijóo Mirón.
Con orgullo fui siguiendo sus pasos empresariales para comprobar cómo fue capaz de dirigir una empresa de la categoría de Aceites Abril. Emprendedor y, sobre todo, luchador en la vida, que es lo fundamental. Pierde Ourense y pierden los empresarios a un gran líder.
Para su viuda y sus dos hijos les quedará un testimonio imborrable. Para ellos todo mi cariño cercanía y afecto. Y mal haría omitir a esa gran madre, gran persona y encantadora amiga que es Maricarmen Canal. Sin duda es la mujer fuerte que sabrá seguir impulsando los proyectos de esa empresa familiar que ella levantó prácticamente desde cero.
