Adonde fueres haz lo que vieres”, sabio refrán castellano que me viene muy bien para lo que hoy quisiera comentar a propósito de un artículo publicado en un periódico extremeño dirigido y en apoyo de la alcaldesa de Hervás, en la provincia de Cáceres. La regidora municipal rechazó el suprimir el jamón y los embutidos ibéricos en el comedor escolar tal como le solicitaban los padres musulmanes que pedían eliminar estos alimentos del menú en las refecciones. Porque, según los firmantes de la solicitud, ello suponía un consumo adictivo para sus hijos.
La regidora municipal ha rechazado categóricamente esta petición, enviando una nota a todos los padres para explicarles el porqué. Carece de desperdicio la contundencia de las afirmaciones de la tal respuesta:
“Para que los musulmanes comprendan que deben adaptarse a Hervás, a sus costumbres y a sus tradiciones (la matanza , el aguardiente y las perrunillas). Los jamones y embutidos ibéricos son su modo de vida y por ello deben consumirlos con frecuencia, ya que es lo que les proporciona trabajo. Para que comprendan que deben integrarse y aprender a vivir bien y publicitar el ibérico en todas partes. Para que comprendan que son ellos los que deben modificar su modo de vida y no los hervasenses y extremeños que los han acogido generosamente. Para que comprendan que los de Hervás no son xenófobos ni racistas, puesto que han aceptado a numerosos emigrantes musulmanes (al contrario que los musulmanes, que sólo aceptan a unos pocos extranjeros no musulmanes en sus países y encima les obligan a comer cus-cus). Los extremeños no piensan renunciar a su identidad y cultura. Que España es tierra de acogida, no es el alcalde y su gobierno quien acoge a los extranjeros, sino el pueblo en su conjunto. Que comprendan, al fin, que en sus raíces judeo-cristianas, sus árboles de Navidad, sus iglesias y sus fiestas religiosas, la religión debe quedarse en el estricto dominio privado, y la alcaldía tiene razón cuando rehúsa las exigencias de los emigrantes musulmanes. A los musulmanes, a los que no les gusten los embutidos ibéricos les recuerdo que existen 57 magníficos países musulmanes en el mundo, la mayoría de ellos medio poblados y dispuestos a darles trabajo ordeñando camellas en el desierto. Si habéis dejado vuestros países para venir a Hervás y no para ir a otros países musulmanes, con vuestras mismas costumbres, es porque habéis considerado que la vida y los ibéricos es ¡lo mejor del mundo mundial.” Y termina la alcaldesa con una pregunta: “¿Por qué se está mejor en Extremadura que en el lugar de donde venís? Los jamones y embutidos forman parte de la respuesta”.
Larga pero interesante la cita. Siempre España fue hospitalaria y debe seguir siéndolo porque también es verdad que cuando los españoles emigraron dejaron muy alta a su patria y acaso por ello, fueron bien recibidos. Estamos llamados a recibir, y bien, a los inmigrantes pero a ellos les toca un comportamiento acorde con esa recepción. Venir con exigencias cuando menos es improcedente.
Algo similar a lo escrito por la munícipe hizo hace años un país del norte de ·Europa que les dejó muy claro justo cuanto sustancialmente afirma lo que transcribimos. Porque conocemos casos sangrantes de personas acogidas con todo el cariño y que lo único que les han dado en pago es un cúmulo de exigencias fuera de lugar. Acogida sin duda alguna, pero también la otra parte es necesaria tenerla en cuenta y el ejemplo de lo acontecido en Hervás debiera ser tenido muy en cuenta. Lo deja muy claro el refrán que transcribimos al comienzo.
La regidora municipal ha rechazado categóricamente esta petición, enviando una nota a todos los padres para explicarles el porqué. Carece de desperdicio la contundencia de las afirmaciones de la tal respuesta:
“Para que los musulmanes comprendan que deben adaptarse a Hervás, a sus costumbres y a sus tradiciones (la matanza , el aguardiente y las perrunillas). Los jamones y embutidos ibéricos son su modo de vida y por ello deben consumirlos con frecuencia, ya que es lo que les proporciona trabajo. Para que comprendan que deben integrarse y aprender a vivir bien y publicitar el ibérico en todas partes. Para que comprendan que son ellos los que deben modificar su modo de vida y no los hervasenses y extremeños que los han acogido generosamente. Para que comprendan que los de Hervás no son xenófobos ni racistas, puesto que han aceptado a numerosos emigrantes musulmanes (al contrario que los musulmanes, que sólo aceptan a unos pocos extranjeros no musulmanes en sus países y encima les obligan a comer cus-cus). Los extremeños no piensan renunciar a su identidad y cultura. Que España es tierra de acogida, no es el alcalde y su gobierno quien acoge a los extranjeros, sino el pueblo en su conjunto. Que comprendan, al fin, que en sus raíces judeo-cristianas, sus árboles de Navidad, sus iglesias y sus fiestas religiosas, la religión debe quedarse en el estricto dominio privado, y la alcaldía tiene razón cuando rehúsa las exigencias de los emigrantes musulmanes. A los musulmanes, a los que no les gusten los embutidos ibéricos les recuerdo que existen 57 magníficos países musulmanes en el mundo, la mayoría de ellos medio poblados y dispuestos a darles trabajo ordeñando camellas en el desierto. Si habéis dejado vuestros países para venir a Hervás y no para ir a otros países musulmanes, con vuestras mismas costumbres, es porque habéis considerado que la vida y los ibéricos es ¡lo mejor del mundo mundial.” Y termina la alcaldesa con una pregunta: “¿Por qué se está mejor en Extremadura que en el lugar de donde venís? Los jamones y embutidos forman parte de la respuesta”.
Larga pero interesante la cita. Siempre España fue hospitalaria y debe seguir siéndolo porque también es verdad que cuando los españoles emigraron dejaron muy alta a su patria y acaso por ello, fueron bien recibidos. Estamos llamados a recibir, y bien, a los inmigrantes pero a ellos les toca un comportamiento acorde con esa recepción. Venir con exigencias cuando menos es improcedente.
Algo similar a lo escrito por la munícipe hizo hace años un país del norte de ·Europa que les dejó muy claro justo cuanto sustancialmente afirma lo que transcribimos. Porque conocemos casos sangrantes de personas acogidas con todo el cariño y que lo único que les han dado en pago es un cúmulo de exigencias fuera de lugar. Acogida sin duda alguna, pero también la otra parte es necesaria tenerla en cuenta y el ejemplo de lo acontecido en Hervás debiera ser tenido muy en cuenta. Lo deja muy claro el refrán que transcribimos al comienzo.
