Opinión

"The Rebel" y El Rebelde

Dentro del panorama musical ourensano existen directores y arreglistas de buen nivel, como es el caso del que ha dirigido “The Rebel”. Esta ópera-rock llevada recientemente al cine, nos relata una interesante historia que sus ideólogos han sabido rodearla de excelentes profesionales del campo musical. A pesar de que algunos no gozan de una formación académica sólida, tienen las cualidades innatas que los capacitan para formar parte de este proyecto. No obstante, sin una dirección musical y una producción de calidad, todo quedaría, en principio, reducido a buenos propósitos y a estas alturas lo más probable es que se derrumbe como un castillo de naipes. Me explicaré mejor.

Tengo la fortuna de conocer a Javier Vaz, exdirector musical de “The Rebel”. Juntos hemos trabajado en alguna ocasión y también hemos compartido momentos interesantes al piano. Como arreglista es capaz de sacar lo mejor de un “tema”, editando para cada instrumento una participación precisa y estéticamente, agradable al ambiente que quiere crear. Hacer esto no es tan sencillo como pudiera parecer y así lo consiguió magistralmente en el proyecto del que estamos hablando. Ahora que ya no está, parece ser que no quieren darle de baja. La razón es que todo corre un peligro inminente si alguien no lo remedia, pues Javier era el “alma mater”. Demasiadas veces aparecen personas en el candelero, haciendo sombra artificial a los que en realidad son los creadores, abusando de la generosidad de los mismos y ejerciendo de portavoces los que no tienen mucho que aportar sino demasiadas cosas que decir. No se construye una ópera con los tres acordes de tónica, dominante y subdominante. El que lee, entienda.

La ópera rock ha sido una buena idea, eso es axiomático, pero corre el peligro de convertirse en una tragicomedia. Es lastimoso ver en vídeos de Youtube que el buen ambiente que reinaba se ha ido transformando en dos bandos contingentes que pueden acabar en los tribunales. Y siempre habrá músicos que se posicionen en uno u otro lado; sin embargo, todos los que quieren cobrar siguen esperando sin mucha esperanza. Estoy seguro de que ese no es el caso de Javier Vaz, el cual, generoso entre los que haya, ha abandonado en solidaridad con aquellos amigos que ha incluido en el proyecto. Y es que a un amigo así, no se le puede negar nada.

La semana pasada aconteció lo que esperaba desde 2015. En la presentación de “The Rebel”, en El Cercano, estuve atento a cada detalle y solo vi a Javier Vaz de forma tangencial. Entendí que había cometido una vez más su error más común: darlo todo a nivel técnico, con la complejidad de empastar instrumentos de cuerda y viento, bajo su habilidad, en un soporte informático potente, y todo ello con partituras escritas por él, a un promotor que no sabía apreciar su talento. Pasó el tiempo y me alegraba saber que me estaba equivocando. Pero al fin todo salió a la luz. Y en esas estamos: tristes, muy tristes.

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