Opinión

¿Excesiva deuda pública? Todo es relativo

La sede de la Bolsa española.
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España tiene un endeudamiento excesivo en función del tamaño de su economía y de las reglas del euro, que no se están cumpliendo desde hace mucho tiempo. Pero todo esto va a cambiar en el año 2024.


Hay cifras redondas que llaman especialmente la atención. Por ejemplo, que la deuda pública española registrase un récord en septiembre al superar los 1,5 billones de euros. Ya había pasado algo parecido cuando rebasó el billón de euros. ¿Es excesivo este endeudamiento? ¿Es tolerable? La clave no está en la cifra en términos absolutos, sino en su tamaño en relación con la economía del país.

Más de 1,5 billones de deuda para EE UU sería poco menos que una bendición, ya que su deuda actual es de casi 25 billones. Pero EE UU puede con eso y con mucho más porque su economía es muy grande –tiene un PIB de casi 20 billones– y su moneda, el dólar, es la divisa de referencia en el planeta, la que todo el mundo quiere (y compra). Algunos economistas suelen bromear con que nadie sabe realmente cuántos dólares hay, una manera de decir que la Reserva Federal puede emitir los que quiera que la gente se los rifará. Digamos que EE UU juega en otra liga.

¿Qué pasa entonces con ese más de 1,5 billones de la deuda pública española? Dos cosas, que su economía no da para tanto –1,2 billones de PIB en 2021– y que su moneda no es propia, sino que está compartida con sus socios de la eurozona, donde el país que orienta las decisiones es Alemania. En el fondo, el euro es un marco ampliado, con unas reglas que no se están cumpliendo por parte de varios países.

Además de España, hay otros cinco estados que continúan con ratios por encima del 100% de deuda sobre PIB (Grecia, Italia, Portugal, Francia y Bélgica), situándose la eurozona en su conjunto próxima a ese valor (94,2%). Es más, ni siquiera Alemania cumple ahora la regla del 60% de deuda sobre PIB.

Tenemos, pues, que la deuda pública de España representa el 116,1% del PIB, un problema al que se suma otro del que se habla menos, pero que no es menos preocupante a medio y largo plazo: la deuda de la Seguridad Social ya roza los 100.000 millones, un 7,9% más que hace solo un año.

En función del tamaño de su economía, España tiene un endeudamiento excesivo a la vista de las reglas del euro y, lo que es peor, lleva años y años acumulando sucesivos déficits públicos –el Estado se ha acostumbrado a gastar más de lo que ingresa–, con lo cual toca parar el carro. Y eso será lo que mande hacer la Comisión Europea en apenas unos meses.

¿Se trata solo de un capricho de Bruselas? No. Objetivamente, España no podría seguir endeudándose, a riesgo de autodestruirse. La factura anual de la deuda ya es la más importante de los Presupuestos –España gasta más en pagar su deuda que en retribuir a todos sus funcionarios– y lo que hasta ahora era soportable con tipos a cero o incluso negativos, no lo será con tipos de interés cada vez más altos para frenar la inflación.

Como tampoco se le explica, mucha gente no sabe que la deuda se ha disparado esta vez por los gastos extraordinarios de la pandemia. Hubo que pagar los ERTE y las prestaciones sanitarias. ¿Y por qué no se le explica? Entre otras razones, porque queda mejor decir que el Gobierno de coalición no practica la austeridad como el del PP de Rajoy y que cuando vienen mal dadas, gasta lo que haga falta. Y es verdad, pero no lo es menos que el Estado pagó los sueldos de millones de trabajadores en la pandemia porque ese dinero se lo pidió prestado al BCE. Es decir, no salió de sus ingresos, porque la productividad del país no da para tanto.

@J_L_Gomez

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