Opinión

La lección de EEUU para España

The economy, stupid” (“La economía, estúpido”) es una frase que se hizo famosa en el mundo a raíz de la campaña electoral de 1992 en EEUU. El entonces joven demócrata Bill Clinton era el candidato frente el veterano republicano George H. W. Bush (presidente entre 1989 y 1993), que estaba en el apogeo de su carrera política, con un apoyo a su gestión del 90% de los estadounidenses. El fin de la Guerra Fría –a la que ahora tanto se aferra Putin– y la guerra del Golfo jugaban a favor de Bush. Pero los audaces asesores de Clinton le buscaron las cosquillas con la economía, de ahí el eslogan “Es la economía, estúpido”, decisiva para derrotar al todopoderoso Bush. En realidad, la frase se empleaba para destacar diversos aspectos de la política realmente esenciales.

Lo que sucede en EEUU, que es de los pocos países donde la democracia nunca se ha interrumpido, suele tener mucha influencia en otros procesos electorales, especialmente en Europa. Ahora acaban de celebrarse allí las elecciones de representantes en el Congreso, senadores, gobernadores y miles de cargos estatales y locales, pero lo que realmente estaba en juego era si el movimiento extremista de Donald Trump se imponía y daba soporte a la vuelta de su líder en la carrera hacia la Casa Blanca o si, por el contrario, la democracia resistía de la mano del Partido Demócrata y del presidente Joe Biden. No parece que Trump esté muy contento.

En esta reciente campaña, la economía –léase la inflación– ha vuelto a ser protagonista, sin que por ello los electores de EEUU perdiesen de vista dos asuntos importantes: la defensa del sistema democrático y el derecho de las mujeres al aborto. El extremismo de Trump es todo lo contrario de lo que piensan los demócratas y los feministas, pero no solo. Hay mucha otra gente que, siendo crítica con Biden por la inflación, no dejan de ver que el republicanismo populista de Trump no es útil contra la subida de los precios. En el fondo, la gente no es tan tonta como creen algunos desde las redes sociales y se da cuenta de lo que el premio Nobel Paul Krugman sintetiza como la vacuidad de la retórica del Partido Republicano.

¿Qué tiene que ver todo esto con España? La economía española no tiene las fortalezas de la norteamericana –tampoco sus elevados sueldos–, pero hay elementos del debate político que no están tan alejados.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha cometido errores en política económica –como tantos otros en el mundo occidental– y la clave ahora está en saber quién está mejor preparado y dice cosas más sensatas para lidiar una crisis tan grave como la actual, en la que lo peor está por venir. La solución, desde luego, no será el catastrofismo, tampoco el populismo.

Los republicanos se equivocaron al atacar a Biden sin alternativas creíbles y Biden resistió no solo porque hizo algunas cosas bien, sino porque la alternativa eran los disparates de Trump. Es una lección interesante para el PP en su lucha frente al PSOE.

Si Alberto Núñez Feijóo basa sus análisis económicos en lo que observan el Banco de España y la AIReF y es capaz de presentar alternativas creíbles –no demagógicas– tendrá muchas más opciones de ganarle a Pedro Sánchez que si exagera y además introduce en la agenda asuntos de dudoso talante democrático en la España de hoy. La clave está en los aspectos esenciales de la política.

                                                @J_L_Gomez

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