Opinión

Ni crece España ni crece la zona euro

Es verdad que las cosas no van a peor, pero siguen lejos de ir bien. Frente a los crecimientos de EEUU o Japón, con bajas tasas de paro, Europa no arranca con fuerza, inmersa en el desempleo. 

Parece que Europa vuelve a crecer. Poco, pero de manera sostenida. Las dos grandes economías de la eurozona, Alemania y Francia, llevan la delantera. España crece menos que la media.

Las medio buenas noticias de Alemania no se deben tanto a su consumo interno como al comercio exterior, con la inversión pública estancada, mientras que Francia está recuperándose gracias al consumo privado y la inversión. Fuera de la eurozona, el Reino Unido es la principal locomotora, con un crecimiento de casi un 3%.

¿Es sostenible este modelo económico? Puede que sí, al menos durante un tiempo, pero aunque lo sea da poco de sí. De entrada, no ofrece respuesta al principal problema: el paro, que es de un 12%, casi la mitad que en España, donde el desempleo es un problema ya dramático. Ese 12% europeo de paro casi duplica el de Estados Unidos, señal de que Europa, al menos la Europa social, va francamente mal.

Ni siquiera la Comisión Europea es optimista. “Todavía queda mucho para alcanzar un crecimiento capaz de crear empleo y salir definitivamente de la crisis”, reconoce el comisario de Competencia, el español Joaquín Almunia.

Es lógica la valoración de Bruselas, ya que si se abre el análisis a otras economías, esas medio buena noticias de países como Alemania o Francia palidecen. Por mucho que la eurozona haya logrado cerrar el año 2013 con un aumento interanual del PIB del 0,5%, se trata de un crecimiento tan insuficiente como ridículo, lejos de los porcentajes registrados en Estados Unidos o Japón, cercanos al 3%, del mismo modo que en el Reino Unido. Los países no tienen más o menos paro por casualidad, sino en función de su desarrollo y de su crecimiento.

En Europa –y no digamos en España- no funciona bien la economía real, la economía productiva, porque le falta gasolina. La banca, meramente especulativa, se lo impide. Por eso Almunia le apunta directamente como causante del marasmo general: “Hay que seguir reconstruyendo y reestructurando el sistema financiero, que es uno de los cuellos de botella que hay que reparar del todo para que financie a la economía real”. Pero la banca europea –y no digamos la española- prefiere seguir tomando dinero barato en el Banco Central Europeo, para comprar deuda pública, en vez de arriesgar apoyando a las empresas. Mal asunto.

Además de una banca ineficiente, ¿tiene Europa más problemas o riesgos? Sí. Un problema es la inflación, tan baja, que dificulta el crecimiento, y un riesgo es haya dificultades en otras economías, por un posible efecto contagio. En ese sentido, todos los observadores están pendientes de China, que precisa pedalear sin desmayo para mantener su alto crecimiento, y de Brasil, tal vez con mejor pasado que futuro en estos momentos.

Cuesta dar buenas noticias, tanto para la eurozona como para España, donde solo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, parece estar encantado. Pero la realidad es la que es y el país no arranca por falta de suficiente crecimiento, por una banca que no cumple su papel y por unos desajustes macroeconómicos –deuda, déficit público…- que siguen siendo importantes, debido a que a la hora de recortar no se ha distinguido entre gasto productivo e improductivo.

Este gobierno tuvo la oportunidad de ‘aprovechar’ la crisis para reformar el aparato del Estado, en todos sus niveles, pero no lo hizo. El sufrimiento lo paga la gente.

@J_L_Gomez

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