Opinión

Ni economía, ni instituciones, ni rumbo

Jorge Dezcallar, exdirector del CNI y autor de “Abrazar el mundo”.
photo_camera Jorge Dezcallar, exdirector del CNI y autor de “Abrazar el mundo”.

Jorge Dezcallar, que fue director del CNI y embajador en plazas importantes, entre ellas Washington, suele decir algo que explica desde la diplomacia el gran problema de España: su falta de peso, que es algo derivado de su economía. Lo dice a su manera, sin ofender a nadie, poniéndolo en boca de Estados Unidos, pero se le entiende bien: los americanos no se fijan en España, en Europa solo miran a Alemania, el Reino Unido y a Francia. No es casualidad que lo hagan con las tres grandes economías –industrializadas– del continente europeo; ahora ya no se puede decir de la Unión Europea, porque Londres optó por el Brexit.

El autor del libro “Abrazar el mundo” también pone en boca de toda una referente de la diplomacia americana, Hillary Clinton, los mimbres básicos de un país: tener solidez económica e instituciones fuertes y saber a dónde se quiere ir. Bastarían esas contadas ideas para determinar qué es lo que hay que cambiar en España, pero ¿se está haciendo? Los resultados y las previsiones indican que no, con un rasgo nuevo. Si España pierde la oportunidad de modernizar y cambiar su modelo económico, para industrializarse y ser un país grande, verá pasar el tren de los fondos Next Generation con más pena que gloria.

Las grandes potencias europeas pueden hacer con esos fondos prácticamente lo que les dé la gana, incluso modernizar sus museos, pero España no. Alemania y Francia, aunque no son California desde el punto de vista tecnológico, están industrializadas y atesoran mucha riqueza. España no.

Desaprovechar los fondos europeos, no industrializar España, sería un pecado capital. Y hay quien está comprando muchas rifas para la pedrea, pero no para el premio Gordo.

En el mundo de hoy hay países grandes, como Estados Unidos, que demuestran que pueden levantar en pocos años nuevos imperios empresariales como Google, Amazon, Facebook, Tesla o Apple, casi sin despeinarse, y desde el sector privado, pero también hay estados del tamaño de España que lo hacen, sin que aquí se haga lo mismo: basta ver el modelo de Corea del Sur, un país agrícola hace 50 años que hoy gestiona multinacionales industriales que hacen que su economía mire sobre el hombro a España.

Lamentablemente, el debate político español elude estos asuntos, también los que suscita con buen criterio Jorge Dezcallar. Para ver lo equivocados que estamos basta ver cualquier día la prensa internacional: de lo que se habla –y grita– en España, solo se habla aquí.

Está muy bien hablar de derechos, claro que sí, pero para que los derechos sean reales y se disfruten con calidad deben tener un soporte económico. Felipe González no hubiera podido universalizar la sanidad ni mejorar la educación si no se hubiera hecho una gran reforma fiscal y no se hubiera modernizado la economía, a veces con reconversiones dolorosas.

Hoy da la impresión de que ya está todo hecho y de que basta con repartirlo mejor, y no es verdad. Muchas cosas se hacen solo con más deuda, lo cual no tiene ningún mérito, sino más bien todo lo contrario, ya que se hipoteca el futuro de los jóvenes.

Cuando en España algunos se sienten tan guais que miran con desdén a Estados Unidos, que ya es decir, se olvidan de algo tan elemental como que un americano medio multiplica por tres la renta de un español. Pero en un país a la deriva, como es la España de hoy, se puede decir (y hacer) de todo. @J_L_Gomez

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