Opinión

´Mirada lánguida

Domingo, día 10, de madrugada. A hora temprana (estoy acostumbrado así), estaba yo desayunando en una céntrica cafetería ourensana. En contraste con el bullicio y las risotadas de ellos y ellos y los bocatas pantagruélicos al regreso de estos jóvenes de los pub, frente a mí se encontraba un hombre aparentemente de 40-45 años con una mirada lánguida, de tristeza profunda, como si sintiera asco, repulsión a cuanto le rodeaba.

Confieso que me inspiró lástima y en plan de extrovertido entablé conversación con Gerardo, que así es como dijo llamarse. Le veo a usted con aspecto de decaído. ¿Se encuentra mal? ¿Puedo ayudarle en algo?, le dije. Aunque con escasa vitalidad, el hombre me fue contando la razón de encontrarse con tan pobre imagen. Resulta que después de estar 30 años trabajando como viajante en una fábrica de muebles, la empresa tramitó el ERE (expediente de regulación de empleo), razón por la cual se encontraba de patitas en la calle.

Acudió a oficionas de empleo, nada. Empresas de trabajo temporal, tampoco. Nada de momento que pueda aliviar su condición de casado con una hija estudiando en la Universidad y la esposa de profesión sus labores. Tratando de dar un giro a la conversación para que siquiera por un momento no siguiera pensando en su problema, le hice una pregunta indiscreta. El día 24 son las elecciones municipales. ¿Por quién piensas votar?

Por nadie, me respondió. Comprenderá que mi voto va dirigido a un alcalde que va a percibir un sueldazo -por esos hay tantos pretendientes- y a mí no me van a cambiar la vida para nada. Ourense, añadió, carece de emprendedores, sólo unos pocos. Son esos emprendedores los que pueden facilitar trabajo. Por eso la gente lucha por un empleo en la Xunta de Galicia que actualmente cuenta con ¡90.000 funcionarios! A medida que fue pasando el tiempo se destapó y con una pizca de humor dijo: Comenzó la pegada de carteles propagandísticos de los diversos partidos pero eso para min é ¡papel mollado!

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