Opinión

De Carnicero a Caride, sen protestantes

De cómo José Fernández Carnicero y Pegerto Caride, famosos pontinos en la supercatólica etapa del Generalisimo Franco, llegaron a ser dos importantes y populares protestantes o evangelistas es algo verdaderamente curioso. El primero pertenecía a la familia de los Acuña, especialmente acomodada y que procedía de Baños de Molgas. El segundo era un modesto carpintero de A Pica, en Parada de Amoeiro.

Los Carnicero, los hermanos José y Antonio, se habían ido a estudiar a Santiago y en un tiempo récord lograron ser farmacéutico y médico respectivamente; y con su madre, viuda, vinieron a vivir al Puente. El de Amoeiro trabajaba en su oficio en Orense, pero destacaba como inquieto y revoltoso sindicalista en aquellos convulsos momentos. Y con el paso de los años, gran empresario carrocero.

El caso es que ambos se conocieron y se hicieron grandes amigos. Mientras, doña Carmen Carnicero era fervorosa, muy religiosa católica, asidua en la iglesia de Las Caldas. Su hijo José se casaba con María Aurelia de Jesús Alvarez Fernández, perteneciente a una importante familia que llegaba procedente de Cuba. Su hermano Antonio ya ejercía como médico en el Puente, y era además un redomado izquierdista; ocupaba puestos cada vez más destacados en aquel movimiento obrero, en momentos tan delicados como aquellos en los que se fraguaba la Guerra Civil.

A todo esto, Pegerto, que le iban muy bien las cosas, entra en crisis… política. Deja de ser empleado y se establece con un modesto taller, razón por la cual sus colegas sindicalistas lo rechazan, porque se ha convertido en empresario y tiene que abandonar. En ese preciso momento, su amigo Carnicero, el farmacéutico, encuentra entre el material cubano de su esposa una Biblia. Los dos amigos echan mano de ella, la estudian a fondo y a su manera, y deciden hacerse protestantes o evangelistas.

Y destacan pronto en su nueva vocación. Tanto que, por la experiencia, el dominio religioso que muestra Carnicero, los suyos lo catalogan como “obispo”, que, comparándolo con los católicos, lo hace más destacado, cuando en realidad, en la terminología protestante simplemente equivale a experto, mayor, veterano. Pero su hermano Antonio, el izquierdista, cuando se pone en marcha la guerra, no tiene más remedio que poner pies en polvorosa y escapar al extranjero. Peligraba. Y mucho. 

Hasta que pasa la guerra. El protestantismo de Fernández Carnicero lo hace un personaje especial, aumenta su popularidad. Pero claro, para los niños, tan religiosos formados entre colegios de monjas y de curas, nos inspira incluso temor. Por eso, cuando íbamos a la farmacia y teníamos que responder a sus preguntas, lo hacíamos con una mezcla de temor, respeto o más bien miedo… Pegerto Caride crece, aumenta su prestigio. Su empresa, año a año, aumenta su potencial. 

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