Opinión

Trece días

Lo tenía todo, suspense, drama, una esperanza vana. Un pozo artesiano, un niño y la fatalidad de una caída al vacío. Nada más angustioso que la tierra te atrape, que te engulla en la indefensión absoluta. 

Arranca el show de la vida. Salvar el pellejo en una caída al vacío desde setenta metros es improbable, qué añadir si las circunstancias te retienen trece largos días. Utilizaría una comparanza para visualizar la escena, pero no alcanzo. Cualquier mortal sufre de pensarlo, algunos, además sentimos pánico; el vértigo que provoca un pozo abierto, desprovisto de protección, la caída libre ante tus ojos. Un niño indefenso, suelto a su libre albedrío. Un pozo artesiano, de esos que en estas latitudes medraron como setas para soliviantar la “seca”; en su mayoría ilegales y absurdos, al sur, por lo que se ve también. 

Las televisiones, la prensa respetable haciendo su trabajo, despertando también falsas esperanzas a fuerza de un relato jugoso; una familia rota, un niño ausente, un desenlace incierto. No hace falta especular, bueno sí, dejar que los rumores hagan, de paso, su trabajo. El periodismo -a veces- anestesia la actualidad, se deja llevar por ella como la fuerza del aluvión de un embalse roto; el fin justifica los medios que diría Maquiavelo; y si no es, será. Cuestión de audiencia, de unos puntos extra en el buscado share; pues eso, lo de siempre.

Julen es un ángel, vencido, al fondo de un agujero negro; rodeado de tierra y piedra y 71 metros de incertezas. Acostumbrados a la telerrealidad y a la vida anestesiada, la cobertura semeja un episodio más. Pura escena de costumbrismo contemporáneo. Un operativo valiente, amplio, generoso, sin escatimar esfuerzos, a sabiendas de que el foco de todo un país estaba allí dispuesto. Inapelable despliegue de solidaridad, demostrando que la unión, las fuerzas, pueden vapulear las rocas más endurecidas, levantar puentes donde no existen más que alejadas orillas. 

El niño Julen ya no está, queda en la memoria; y la gesta de unos mineros, ya sin trabajo; incógnitas por desvelar, y miserias a la vista. Seguirá. 

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