Opinión

La estética y el decoro a bordo

En un corto espacio de tiempo hemos tenido conocimiento a través de los medios de comunicación de dos incidentes a bordo de un avión debido a la indumentaria de dos pasajeras. Y en ambos casos, debido a que ambas vestían ropa que, a juicio de las compañías aéreas, eran “inadecuadas” para viajar y que afectaban al resto del pasaje. Como suele ocurrir en estas ocasiones, ambas noticias se hicieron virales y se abrió un debate en las redes sociales respecto a la vestimenta que se acepta -y la que no- en un viaje en avión.

Un caso sucedió en un vuelo de Easyjet Málaga-Londres y otro, con la aerolínea Vueling que cubría la ruta Palma-Barcelona. En el primero de ellos, la pasajera, británica, fue expulsada del avión antes del despegue “por llevar una prenda demasiado transparente, con un escote pronunciado y muy provocativa”, tal como recoge el periódico The Sun. Una auxiliar de vuelo le obligó a ponerse alguna prenda encima, al entender que su forma de vestir “era inadecuada para los menores que iban a bordo”. La compañía sostuvo que no pudo viajar “debido a su comportamiento”, afirmando que tras pedirle la tripulación que se tapara se enfrentó con una azafata y argumentando que no permite comportamientos amenazantes hacia sus empleados.

Y en la otra escena, acontecida en el aeropuerto de Palma, a la pasajera no se le permitió embarcar al considerar que llevaba una vestimenta inadecuada. La joven dice que iba vestida con un body negro, una falda y unas zapatillas, pero la compañía precisa que iba en bañador y que su comportamiento fue "abusivo", motivo por el que determinó impedir su acceso al avión.

La cuestión es que hemos asistido en breve espacio de tiempo a dos noticias concatenadas por idéntico motivo: la ropa. Circunstancia esta que plantea disquisiciones. Es evidente que cada compañía aérea es libre de disponer de un “dress code”, o en nuestro rico castellano, “código de vestimenta” y que por lo tanto está facultada a aplicarlo en sus vuelos y que en consecuencia tienen que asumir los pasajeros una vez que adquieren un billete y que no deja de ser un documento a guisa de contrato, lo que les obliga a aceptar sus condiciones.

Por lo general, las aerolíneas tienen como prioridad, además lógicamente de la seguridad de los pasajeros, su confort y convivencia a bordo y por eso disponen de unas normas básicas que lo regulen y cada una las aplica de forma más o menos drástica. Pero al margen de ello, hay una norma elemental que atañe a cada persona y que no siempre tiene que ver con la moda o el estilismo. Es lo que se entiende por “decoro”. Aunque claro, esto también tiene una interpretación subjetiva y ahí es donde surgen las discrepancias y el debate. Ir cómodo está bien, pero siempre dentro de unos límites sociales correctos.

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