Opinión

Una falta de cortesía

Una vez más, el presidente del Gobierno ha vuelto a protagonizar otra falta de cortesía en relación con el jefe del Estado. Supongo que ya saben a qué nos referimos. El “incidente” ha sido cuando al inicio del desfile del 12 de octubre, Pedro Sánchez hizo esperar a los reyes. Sus majestades ya habían llegado en su vehículo y tuvieron que aguardar unos instantes a que se incorporase el coche que traía al presidente, dado que, por protocolo, le corresponde a la comitiva esperar a que llegue el monarca.

Pero resulta que en este caso han sido los reyes quienes tuvieron que esperar a que apareciese el jefe del Ejecutivo, lo que obligó a que un responsable de protocolo de la Casa Real no autorizase a que los monarcas saliesen porque el presidente del Gobierno aún no estaba en su lugar, mientras que sí estaban todos los demás integrantes de la comitiva que tiene que recibir a los soberanos.

Cómo es lógico suponer, esta circunstancia fue la salsa de dicho desfile, que quedó también empañado porque en la zona de autoridades que acompañaban a los altos representantes del Estado no se encontraba el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, cuya dimisión acababa de publicarse en el BOE, y además las ausencias de una parte del sector conservador de los vocales del CGPJ, miembros del Supremo, de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia, en este caso argumentando problemas con las invitaciones que llegaron fuera de plazo.

La cuestión es que, sea por invitaciones que no llegan a tiempo o porque nuestro presidente no tiene reloj, un evento como la celebración de la Fiesta Nacional ha quedado en algo más que una anécdota y todo el mundo se hartó de escribir y hablar de dicha falta de cortesía, sin referirnos a los permanentes abucheos que una parte del público le dedicó, una vez más, al señor Sánchez, quizás por este motivo se decía que el presidente no quería estar tanto tiempo sometido a la intemperie de la gente. 

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