Opinión

Formalidad plenaria

La pasada semana hacíamos referencia a la necesidad de mantener las formas,  aludiendo a las audiencias que ofreció el rey a los representantes de las fuerzas políticas como prolegómeno a la formación del nuevo Gobierno. Pues bien, esta vez vamos a referirnos a las sesiones constitutivas de las corporaciones municipales, donde, como suele ser habitual, ha habido de todo en lo que atañe a cumplir con los requisitos mínimos que se demandan para estos actos revestidos de una solemnidad propia de sus características. Aunque el nuevo alcalde de Melón haya tenido que alzar un “cayado”, más propio de un ganadero, porque no había en el Concello ningún bastón de mando.

Hay dos cuestiones preliminares y que afectan a la indumentaria de cada persona y a la lectura de la fórmula de la toma de posesión y que como otras veces hemos comentado, está regulada mediante el Real Decreto 707/1979, de 5 de abril, por el que se determina la fórmula de juramento o promesa para la toma de posesión de cargos o funciones públicas. Un texto breve y sencillo y que no admite otros añadidos, aunque de un tiempo a esta parte estamos comprobando como cada cual añade lo que le apetece y de ello hablamos recientemente cuando aludíamos a la constitución del Congreso de los Diputados.

Respecto a la vestimenta, es obvio que en estos plenos no “se exige etiqueta” y queda pues al albedrío de cada uno, quien decide qué ponerse para esta ocasión, que no deja de ser como una especie de “puesta de largo” como concejal. Y así, hemos asistido a cómo el nuevo alcalde apareció como viene haciendo desde que ejerce como edil, esto es, en mangas de camisa, al más puro estilo Pablo Iglesias. Eso sí, después, ya investido como regidor, reconoció que en esta sesión constitutiva ha sido “fiel a su estilo” en cuanto a la indumentaria, aunque luego matizó que a partir de ahora, “si el protocolo lo pide”, pues tendrá que vestir corbata… Pues sí, hay ocasiones en las que tendrá que acudir representando al ayuntamiento, y es más que probable que en más de un acto se “suplique” código de vestuario y no vale una simple camisa. Tendrá que abrir el ropero y buscar unas cuantas corbatas y algunas americanas.

Volviendo al enunciado de la fórmula de toma de posesión, destacar que el candidato socialista a la Alcaldía prometió su cargo "por la regeneración de la vida política en la ciudad y en la provincia"... mientras que los representantes del BNG acataron la Constitución "por imperativo legal" -un latiguillo cuasi estandarizado en otras cámaras- y de paso se añadió lo de defender "los derechos e intereses generales de los vecinos de Ourense, por la memoria de Rosalía, Castelao y Bóveda", siempre evocados por los nacionalistas.

En cualquier caso, se trata de actuar con “formalidad”, que no es otra cosa que un requisito establecido para la ejecución de ciertos actos públicos, como un pleno constitutivo de una institución como en este caso, una corporación municipal.

Te puede interesar