Opinión

Más educación igual a menos violencia

Esta es la noticia tal como apareció en los medios: “La Policía Nacional ha detenido a las dos estudiantes de 14 años que presuntamente agredieron a otra de la misma edad a las puertas del instituto Francisco de Quevedo, en el barrio de San Blas. Las estudiantes han sido puestas a disposición de la Fiscalía de Menores por un delito de lesiones. Asimismo, la Policía ha imputado un delito contra la intimidad a la joven que grabó el vídeo y lo difundió en las redes sociales. En las imágenes se ve como la chica es golpeada sin que nadie hiciese nada”. La joven fue perseguida por las agresoras y acorralada por un grupo de alumnos. Fue insultada y arrojada al suelo donde la golpearon produciéndole lesiones por las que tuvo que ser hospitalizada.

Ha sido otra vuelta de tuerca de un tema que se ha convertido en un problema en la sociedad actual. Ya no es una cuestión de acoso, lo que se entiende por “bullying”, ya se trata de un delito en toda regla porque existe una agresión física y una vejación, con protagonistas activos y pasivos, siendo éstos quienes contribuyen a difundir esas execrables imágenes que luego se dispersan por las redes sociales. En este caso, obviamente, las autoridades educativas han activado el protocolo para acosos y agresiones y el propio centro va a determinar las medidas disciplinarias a aplicar contra las agresoras, tal como contempla el Decreto de Convivencia, de reciente aprobación, que recoge como falta muy grave "el uso de la intimidación o la violencia, las agresiones, las ofensas graves y los actos que atenten gravemente contra el derecho a la intimidad, al honor o a la propia imagen o la salud contra los compañeros o demás miembros de la comunidad educativa".

Lamentablemente, escenas como las descritas se han convertido en parte del paisaje social actual y es realmente inquietante este grado de violencia entre jóvenes y adolescentes, provocando situaciones que ponen de manifiesto que nuestra sociedad adolece de una falta de valores que sustenten sus pilares y eviten un resquebrajamiento social. Hoy en día al acoso (no hace falta bautizarlo como “bullying”, pues nuestra lengua tiene suficientes recursos para definirlo con toda claridad y entendimiento) es una práctica tristemente implantada en un sector de población que precisamente está atravesando por una etapa delicada dentro de su formación personal y que, por lo tanto, necesita todo el apoyo de su familia para alcanzar una educación integral que les permita convertirse en, como antes se decía, “personas de provecho” o básicamente, en unos correctos ciudadanos que tienen que compartir espacios con otras personas y donde el respeto ha de ser la pauta a seguir.

Escribía Ortega y Gasset: “La educación es transformación de una realidad en el sentido de cierta idea mejor que poseemos y la educación no ha de ser sino social, tendremos que la pedagogía es la ciencia de transformar las sociedades”. Apliquemos más pedagogía a nuestra vida y transformemos la sociedad utilizando la educación.

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